El pasado 5 de abril, durante el recorrido de la manifestación, algunas compañeras realizaron una acción de protesta desplegando una pancarta contra la SAREB, ese monstruo creado con dinero público que busca deshacerse de las viviendas echándonos de nuestras casas. Ante esto, los cuerpos represivos acudieron de inmediato con el objetivo de detener a las compañeras.
Pero la respuesta del conjunto de la manifestación fue un ejemplo de dignidad y solidaridad: cientos de personas rodearon a las compañeras, impidiendo que fueran arrestadas. Fue ese calor colectivo el que frenó, la maquinaria represiva del Estado. Pero lejos de cesar, en su intento de reprimirnos la policía respondió cargando de forma brutal contra la manifestación, intentando romperla a la fuerza. El resultado fueron múltiples compañeras heridas, algunas de ellas con lesiones graves, con fracturas en los dedos que han tenido que ser operadas con urgencia.
Como convocantes de la manifestación denunciamos con firmeza la represión. Pero también queremos gritar fuerte y claro: gracias.
Gracias a todas las personas que, sin dudarlo, se plantaron frente a los escudos, que tendieron sus brazos para proteger, que alzaron la voz frente a la injusticia.
Gracias a las miles de personas que, en decenas de ciudades de todo el Estado, salieron a las calles este 5 de abril, demostrando que la lucha es colectiva y que la solidaridad es nuestra mejor arma.
Frente a su represión, nuestra solidaridad.
Frente a su miedo, nuestra dignidad.
Frente a su violencia, resistimos, juntas