Nos deja un imprescindible: nuestro compañero de siempre Wim Dierckxsens
Nos ha dejado Wim Dierckxsens, fundador del Observatorio Internacional de la crisis y de esta página web. Doctor en Ciencias Sociales de la Universidad de Nijmegen, Holanda, nuestro compañero y camarada Wim, fue importante funcionario de las Naciones Unidas en calidad de experto en demografía.
Durante su fructífera vida escribió y publicó más de una docena de libros, todos ellos, profundamente analíticos y comprometidos con las luchas de los “condenados de la tierra”.
Wim fue, sin lugar a dudas, un gigante intelectual. Marxista y luchador incansable, en sus últimos días participó desde su lecho de enfermo en los debates del Observatorio aportando con rigurosidad y capacidad anticipatoria sus imprescindibles análisis geopolíticos de un planeta acosado por múltiples crisis.
Echaremos mucho de menos la lucidez de Wim, su preclara inteligencia y liderazgo difícilmente serán reemplazables. Sólo nos queda un pequeño consuelo: en estas páginas se podrán encontrar los últimos artículos de un hombre que dedicó toda su vida a tratar de entender el mundo para cambiarlo de raíz
Querido Wim ten la certeza que tus compañeros, amigos y camaradas no te olvidaremos. Tu enseñanzas seguirán estando presentes en todos nosotros.
Wim sabemos que te has ido pero que seguirás siendo uno de los imprescindibles, esos que nunca mueren.
(Observatorio Crisis)
Wim Dierckxsens
Conocí a Wim en un invierno de comienzos de este milenio, en Luxemburgo, en un Encuentro de Movimientos Sociales al que nos había invitado nuestro común junta-gentes, François Houtard, con el que tuve la suerte de compartir un tiempo y estancia en Louvain-la-Neuve.
Tras una larga jornada tomaba un trago a solas calentándome junto al fuego en un pub luxemburgués, cuando una figura con el inconfundible aspecto de los pueblos germánicos centroeuropeos irrumpió en el local. Nos reconocimos de habernos visto en las mesas de trabajo. Él se sentó junto a mí y sin más empezamos a conversar de algunas de las claves discutidas en las sesiones y terminamos centrándonos en la irremediable crisis del capital.
Yo quise hacer un poco de abogado del diablo para ver cuán sólida era la argumentación de mi interlocutor, pero según avanzaba el intercambio el nórdico se crecía más en sus réplicas, envolvía los argumentos y los conducía a su fin lógico, no dejando margen de duda. Enseguida me di cuenta de que había encontrado un espíritu afín, alguien con el que compartir soledades teóricas, como si ese pub, ese fuego y esas copas hubieran estado esperando tal instante desde mucho tiempo atrás. Él debía estar en esos momentos a mitad de sus 50’s, y yo comenzando mis 40’s. Y ese fue el principio de una larga amistad.
Amistad que siempre fue para mí un estímulo y a la que tengo que agradecer el haberme introducido en el mundo intelectual de compañeros que llevaban tiempo poniendo sus mejores esfuerzos y capacidades, que no eran pocas, en dilucidar y explicar las bases y el alcance de la crisis del capital. En adelante, juntos la tildaríamos de definitiva, señalando las claves de la degeneración final del capitalismo.
Fiel a su búsqueda de redes y ampliación de las bases del saber, claro en la importancia de la socialización del mismo y en la necesidad de difundirlo, Wim impulsó el Observatorio Internacional de la Crisis (OIC), al que me invitó al poco de su creación.
Allí los compañeros, Reinaldo, los Paulo, Toño, Rémy, me mostraron esa gran e imprescindibles dimensión humana del conocimiento. Encuentros, conferencias, seminarios, hicieron que nos repartieramos por el mundo, dispersos muchas veces, pero siempre conectados.
Fue Wim el impulsor, y ha sido el mantenedor y motivador incesante del proyecto. La fuerza centrípeta del mismo. Su saber hacer, su ingenio y diplomacia para conseguir propósitos y desenredar lo intrincado, su guía científica e intelectual, han hecho rendir a la OIC como un importante fruto del trabajo colectivo realizado bajo unos mismos principios y metas.
Precisamente por la impronta y largo horizonte de tal trabajo, Wim tiene esa talla que a menudo sólo se reconoce con el tiempo, cuando hace rato que uno ya no está aquí. Por eso con tiempo y a tiempo, mi reconocimiento y gratitud.
Gracias Wim. Creo que conseguiste un buen utensilio científico-político y que el OIC tiene mucho que decir.
- Nota: artículo publicado en estas páginas al comienzo de la dolorosa enfermedad que afectó al Sociólogo Wim Dierckxsens
(Andrés Piqueras / Observatorio Crisis)