El objetivo del imperialismo era la destrucción de Irán y el fin de su gobierno para colocar como en Siria algún títere al uso (incluso el hijo del terrible Sha de Persia se autopropuso). El ataque de Israel y de EE.UU iba en esa dirección. Cacarearon el fin del «régimen» y la gran victoria, pero no pudo ser. Es más, ni hubo siquiera destrucción del uranio pese a los bombardeos. Por contra, los habitantes de la entidad sionista que invade Palestina vieron en sus carnes como los misiles iraníes llegaban a distintas ciudades. Los israelíes percibieron el miedo, la destrucción y la decepción al comprobar que, pese a la ayuda de su mentor EE.UU, eran perfectamente vulnerables, Vivieron momentos similares a los que Netanyahu causa en Gaza y Cisjordania donde ya suman 60.000 asesinados.