Casi cuatro años después de que Estados Unidos retirara sus fuerzas de Afganistán, se ha producido un sorprendente avance en esta nación devastada por la guerra. Según un informe de Khaama Press de Afganistán, Estados Unidos ha retomado el control del aeródromo de Bagram, una extensa base militar al norte de Kabul, a petición del gobierno talibán.
El informe, publicado el 7 de abril de 2025, afirma que varios aviones C-17 Globemaster III de la Fuerza Aérea estadounidense aterrizaron en la base la semana pasada, transportando vehículos militares, equipo y altos funcionarios de inteligencia, incluido el subdirector de la CIA, Michael Ellis. Si bien los datos de seguimiento de vuelos han confirmado la llegada de estos aviones, ni funcionarios estadounidenses ni talibanes han verificado oficialmente la entrega, lo que deja la situación envuelta en incertidumbre. Zabihullah Mujahid, portavoz talibán, desestimó los informes sobre el aterrizaje de un C-17 estadounidense en la base aérea de Bagram, calificándolos de «propaganda», afirmando que no se necesita ni se permite la presencia militar extranjera en Afganistán.
Esta medida inesperada, de concretarse, podría marcar un cambio significativo en la estrategia militar estadounidense y en la dinámica regional, planteando preguntas sobre por qué los talibanes invitarían a las fuerzas estadounidenses a regresar y qué significa eso para el papel de Estados Unidos en una región plagada de tensión geopolítica.
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