La parte responsable de un crimen de guerra, -o de cualquier acto de violencia masiva-, es información importante y debe nombrarse en el titular de cualquier noticia que documente dicho crimen de guerra o acto de violencia masiva. Esto parece obvio, pero la «Guerra en Gaza» ha creado un género editorial particularmente mugriento, de desastres naturales que causan muertes masivas. Los asesinatos masivos, enfermedades y desplazamientos forzados provocados,por el asedio, la ocupación y los bombardeos de Israel, se cubren como si fuera un volcán o un terremoto mortal; la parte responsable no es un gobierno o ejército específico, sino una misteriosa «guerra», «desastre» o «crisis humanitaria».
La responsabilidad de Israel se menciona a menudo en el texto, pero se encuentra más abajo en la página, no se le da un papel central ni se hace obvia su responsabilidad, lo que reduce significativamente su culpabilidad y cualquier urgencia política de frenarlo.
El medio ganador de este sombrío género editorial es el New York Times, que ha ocultado quién está matando a decenas de miles de personas en Gaza, con nuevos niveles de confusión y angustia. He aquí sólo un puñado de titulares publicados en los últimos ocho meses que se pueden leer y releer una docena de veces, y aún así no estar seguro de quién está matando a quién:
- Gazatíes dicen que un ataque aéreo dejó muchas víctimas en un denso vecindario (11/3/23)
- «Funcionarios de Gaza dijeron que al menos 21 personas murieron y docenas resultaron heridas el martes en un ataque que alcanzó un campamento de tiendas de campaña que albergaba a personas desplazadas en Al-Mawasi, una zona costera en el sur de Gaza que Israel ha designado como zona humanitaria segura» (28/5/24)
- «Refugio de la ONU en Khan Younis es atacado, y al menos 9 personas mueren» (24/01/24)
- La mitad de la población de Gaza, de unos 2,2 millones de personas, está en riesgo de morir de hambre y más del 90% dice que no comen durante todo el día, según un reciente informe de la ONU (1/1/24)
Al leer estos titulares, es imposible saber quién es el responsable de estas tragedias humanas.
Tomemos un informe del 6 de mayo del New York Times que detalla cómo el ataque de Israel ha destruido completamente el sistema educativo de Gaza. «Con las escuelas en ruinas, la educación en Gaza se verá obstaculizada durante años«, decía el titular. El subtítulo continuó: «La mayoría de las escuelas de Gaza, incluidas todas sus universidades, tienen graves daños que las hacen inutilizables, lo que podría arruinar a toda una generación, dicen las Naciones Unidas y otros«.
No es hasta el párrafo siete que el New York Times menciona quién destruyó realmente las escuelas y, aun así, se enmarca como una acusación de funcionarios de la ONU y palestinos. En repetidas ocasiones, tanto en el marco como en el texto, la causa de la aniquilación del sistema educativo de Gaza se presenta como una «guerra» vaga, simétrica y sin agentes. Como si hubiera dos ejércitos igualmente poderosos enfrentándose en algún tipo de batalla napoleónica con civiles desafortunados de ambos bandos atrapados en el medio, en lugar de un bombardeo, asedio y ocupación prácticamente unidireccionales del ejército más poderoso de Oriente Medio contra un pueblo sin sistemas de defensa modernos.
Una publicación en las redes sociales del New York Times del 22 de febrero, es un ejemplo de una parodia sin sentido:
Ataques mortales en Rafah, en el sur de Gaza, arrasaron el jueves la mezquita de Al-Farouk, -que se ve aquí-, informaron residentes y la agencia de noticias de la Autoridad Palestina.
Sólo Israel, que se negó a comentar estos ataques, fue quién llevó a cabo estos ataques aéreos en Gaza. Pero , ¿por qué no decir simplemente que fue Israel si claramente lo era?. Por la implicación obvia que puede tener este lenguaje, que está en guerra consigo mismo. Por desgracia el New York Times no puede explicar lo que es obvio para no ofender a los observadores de los medios de comunicación pro-israelíes y a los confederados derechistas de los «medios liberales» que se quejan constamente.
Durante un período de solo 24 horas en junio, el New York Times publicó tres titulares y subtítulos que absolvieron la responsabilidad de Israel y que capturan el espíritu del periódico de eliminar al agente perpetrador:
- Embarazada en Gaza sin ningún lugar a donde ir: Mientras la guerra mataba toda esperanza a su alrededor, Nevin Muhaisen luchaba por traer una nueva vida al mundo.
- «Un paisaje infernal»: Las terribles condiciones en Gaza dejan una multitud de amputados: El acceso a la atención médica e incluso al agua potable es limitado, y el riesgo de infecciones es alto, lo que dificulta que los pacientes puedan ser operados, tener acceso a prótesis y a rehabilitación.
- En medio de la devastación, Gaza es el lugar más mortífero del mundo para los trabajadores humanitarios, según la ONU.
La «guerra» ha «matado» a los palestinos. Las «terribles condiciones en Gaza» crearon «una multitud de palestinos amputados». Gaza es el lugar más mortífero del mundo para los trabajadores humanitarios debido a una «devastación» abstracta. ¿Quién está causando todo este sufrimiento? Leyendo los titulares y subtítulos, uno no tendría ni idea. Contrasta esto con la forma en que el NY Times cubre los crímenes de guerra rusos. Aquí, el agente es claro desde el principio, al igual que las consecuencias mortales que ocasiona.
- Los misiles rusos vuelven a golpear el sistema energético de Ucrania
- Los rusos destruyeron sus aldeas. Ahora reconstruyen.
- Ataque ruso deja a más de un millón de personas sin electricidad en Ucrania
- Los ataques rusos aplastan fábricas y formas de vida en pueblos ucranianos
- Rusia ataca a Ucrania con misiles a gran escala
Es posible que el New York Times tenga una política similar a la de la CNN, que no atribuye responsabilidad a Israel hasta que sus funcionarios lo confirmen formalmente. Sabemos que esta política de la CNN existe gracias a los informes de The Intercept a principios de enero. Un miembro del personal de la CNN informó anonimamente a Daniel Boguslaw de The Intercept:
«Los bombardeos israelíes en Gaza serán nominados como ‘explosiones’ atribuidas a nadie, hasta que el ejército israelí intervenga para aceptar o negar la responsabilidad. Las citas y la información proporcionada por el ejército israelí y los funcionarios del gobierno tienden a ser aprobadas rápidamente, mientras que las de los palestinos tienden a ser objeto de un escrutinio minucioso y un procesamiento lento«.
Por lo tanto, que la CNN convierta a Gaza en un desastre natural es evidente en sus titulares, que rutinariamente oscurecen el papel de Israel en la carnicería de la que se informa. Estos son algunos de los peores ejemplos de los últimos meses:
- Muchas víctimas tras una explosión masiva en un campo de refugiados densamente poblado en el norte de la Franja de Gaza. (31/10/23)
- Gaza sufre otro apagón de comunicaciones, dicen las empresas de telecomunicaciones, después del ataque mortal al campo de refugiados. (1/11/23)
- Periodistas heridos en ataque a campo de refugiados de Gaza, entre ellos corresponsal de la CNN
- Al menos 13 muertos, entre ellos 7 niños, tras un ataque contra el campo de refugiados de Al-Maghazi en Gaza (16/04/24)
¿Quién hizo qué a quién? Imposible saberlo al leer los titulares. En todos estos informes, más adelante en el artículo, se menciona la posible culpabilidad de Israel pero la fuente de la noticia se atribuye a ministerios «dirigidos por Hamas» o «funcionarios de Gaza», reduciendo las horribles imágenes a una situación de «él dijo, ellos dijeron», a pesar de que Israel es la única parte remotamente capaz de llevar a cabo los ataques en cuestión. Un análisis útil y detallado de cómo Israel destruyó sistemáticamente el sistema de salud en Gaza es enmarcado por la CNN en «Cómo los hospitales de Gaza se convirtieron en campos de batalla«.
No se trata de que los «hospitales» se «conviertan en campos de batalla», sino de que Israel ataca a los hospitales.
¿Batalla? ¿Hubo batallas en estos hospitales? No, no las hubo. El ejercito israelí los bombardeó, los desalojó para hacer la vida insostenible, de conformidad con su orden de evacuación del 13 de octubre del norte de Gaza. De vez en cuando, los combatientes palestinos atacaban los convoyes israelíes cuando se acercaban a los hospitales, pero en ningún momento hubo nada parecido a una «batalla» dentro de ningún hospital. Tampoco el informe de la CNN mostró nada de esto. Mostraba a Israel atacando hospitales para desalojarlos, y luego seguían adelante.
Una vez más, esta “nebulosa de guerra”, contrasta con la forma en que la CNN cubrió los ataques rusos a los hospitales de una manera directa.
«Ataques rusos mortales destruyen las instalaciones médicas de Dnipro en el centro de Ucrania«, decía un titular de mayo de 2023.
«Anatomía del ataque al hospital de Mariúpol«, decía un titular del 22 de marzo. Las instalaciones y los trabajadores médicos ucranianos atacados por las fuerzas rusas, a pesar de que esto va en contra de las reglas de la guerra«, decía el subtítulo.
«El ataque con misiles rusos contra el hospital de maternidad de Zaporiyia mata a un bebé recién nacido«, dice un titular de CNN de noviembre de 2022.
Cuando se trata de Ucrania, la responsabilidad es clara, la naturaleza del crimen es evidente y las implicaciones morales son obvias. Sin embargo, en los repetidos crímenes de guerra de Israel contra Gaza, se elimina al perpetrador, y el sufrimiento humano se enmarca como el resultado de un deslizamiento de tierra o un terremoto.
Otro ejemplo reciente: la semana pasada Associated Press hizo una investigación sobre familias palestinas enteras que estaban siendo aniquiladas por Israel, e incluso entonces enmarcó al culpable no como un militar, un gobierno o incluso un líder de Israel, sino como una nebulosa «guerra». «La guerra en Gaza», decía el titular, «ha aniquilado a familias palestinas enteras. AP documenta que 60 personas perdieron decenas de familiares».
En otro informe diferente de AP del miércoles decía: «La guerra ha cortado en gran medida el flujo de alimentos, medicinas y otros suministros a los palestinos, que se enfrentan a una hambruna generalizada«.
Pero la «guerra» no acabó con las familias palestinas enteras, ni la «guerra» cortó el suministro de alimentos y medicinas a los palestinos de Gaza, sino que fue y es Israel. Y lo sabemos porque, como documentaron claramente varios estudiosos del genocidio y la Corte Internacional de Justicia, los funcionarios israelíes iniciaron su campaña de venganza el 7 de octubre con intenciones explícitamente genocidas. Si bien la AP ha estado algo mejor que el New York Times y la CNN a la hora de enmarcar las historias de muertes masivas, frecuentemente cae también en la trampa de omitir el agente perpetrador.
Si tenemos en ecuenta que las encuestas muestran que más de la mitad de los estadounidenses con frecuencia no leen más allá del titular, esta forma de enmarcar las noticias es de gran importancia para el lector qu ese encuentra con estos titulares en los medios de comunicación.
Otra razón para atribuir a Gaza un desastre natural generalizado son los grupos de presión proisraelíes que están constantemente acosando a los expertos, quejándose a los editores, a los reporteros y a los propietarios de los medios de comunicación, insistiendo que la prensa está siendo demasiado dura con Israel. Esta campaña de lágrimas de cocodrilo del agresor se intensificó después de la explosión en el Hospital Árabe Al-Ahli el 17 de octubre, donde, supuestamente, un solo cohete de la Yihad Islámica mató a más de 200 personas, a pesar de que aproximadamente 1.800 cohetes de Hamas/Yihad Islámica cayeron en Israel y mataron solo a 15 personas en los primeros tres meses de guerra, pero este es otro artículo. Después de este incidente, los periodistas se volvieron especialmente escrupulosos de culpar a Israel, para no ser acusados de parecer portavoces de Hamas.
Obviamente, hay más información más allá de los titulares, subtítulos y encuadres. Pero las encuestas muestran que más de la mitad de los estadounidenses con frecuencia no leen más allá del titular, por lo que la forma en que se transmiten las noticias es de tremenda importancia política para el consumidor de medios de comunicación. Esta es la razón por la que los lobbies pro-israelies ponen tantos recursos en atacar a los medios de comunicación que sí informan sobre la responsabilidad de Israel en las atrocidades que diariamente cometen; saben que es importante. Y es importante que la parte que deliberadamente pone en marcha una estrategia de asesinatos en masa, desplazamientos y muy probablemente genocidio, -y que además ha expresado repetidamente sus intenciones genocidas-, se oscurezca y se oculte de los informes. Así, el sufrimiento que aparece en las pantallas de televisión y en las líneas de tiempo de las redes sociales, recibe el tratamiento de «Oh, Dearism» (Oh, Dioserismo) – algo sin autor y sin causa. Porque, después de todo, si los Estados Unidos y sus aliados no son los que matan, ¿qué se puede hacer al respecto aparte de sentirse mal y seguir adelante?
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