El cadáver del cantautor comunista fue lanzado a la vía pública, donde fue reconocido por transeúntes ..
A Víctor Jara los golpistas chilenos le arrancaron su característica sonrisa a balazos (cuarenta y cuatro exactamente) el 15 de septiembre de 1973. Le faltaban tece días para cumplir cuarenta y un años. Por tanto, en 2023 hace medio siglo del asesinato del más popular cantor chileno.
El autor de Te recuerdo Amanda aprendió de su homónima madre (Amanda Martínez) todo el acervo musical del sur de Chile. Pero antes de músico, Víctor Jara tuvo una fecunda carrera teatral. Tras formarse en la Escuela de Teatro Experimental de la Universidad de Chile, firmó como director títulos tan destacados en la dramaturgia chilena del siglo XX como Parecido a la felicidad, Ánimas del día claro o La remolienda.
Como músico, Víctor comenzó volcado en el folclore popular. Tras ser director artístico de Quilapayún e Inti Illimani, Víctor Jara firma su primer trabajo, Pongo en tus manos abiertas, con la discográfica de las Juventudes Comunistas Chilenas, DICAP, en 1969, que incluía Te recuerdo Amanda y títulos como Preguntas por Puerto Montt o A desalambrar. Después, ganaría el primer festival de la Nueva Canción Chilena con Plegaria a un labrador.
Es a partir de 1970, cuando el cantor se dedica en exclusiva a dar voz a los logros de la revolución socialista chilena del gobierno de la Unidad Popular, presidido por Salvador Allende. Convertido en un referente para la juventud chilena, Jara sufre la represión brutal de los militares, encabezados por el general Augusto Pinochet, tras la fatídica mañana del particular 11S chileno. Convertido en prisionero de guerra junto a miles de estudiantes, profesores, obreros e intelectuales, Víctor Jara es torturado y asesinado en el estadio Chile de Santiago. Murió el cantor, pero no su voz, que sigue viva como uno de los símbolos universales de la lucha contra la injusticia y las dictaduras.
El 28 de agosto de 2023 la Corte Suprema de Chile ha ratificado la sentencia que condenaba en 2018 a nueve oficiales de las Fuerzas Armadas chilenas (de los cuales viven seis tras el suicidio de uno de ellos nada más conocer el fallo) a penas que alcanzan los veinticinco años por el secuestro y asesinato de Víctor Jara y Littré Quiroga (director de Prisiones en el Gobierno de Allende).