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Home Referencias y Referentes

39 años de la explosión de Chenobyl y el solidario papel ejercido por Cuba revolucionaria

in Referencias y Referentes
Rusia recuerda la solidaridad de Cuba con los niños de Chernobyl, hoy que se cumplen 38 años de la catástrofe

Fidel con niños de Chernobyl

El 26 de abril de 1986, hace ya 30 años, un terrible acontecimiento estremeció al mundo. Me estoy refiriendo a la explosión del IV reactor de la central ucraniana de Chernobyl, ubicada a unos 138 kilómetros de Kiev, la capital.

Ante tamaña tragedia, las autoridades de la entonces Unión Soviética pidieron ayuda internacional. Y, ¿casualidad?, sólo un país les echó una mano. Plenamente consciente de que la solidaridad es la esencia del socialismo, Cuba revolucionaria no dudó en ayudar de manera ingente y altruista al pueblo ucraniano. Ninguno de los países, cuyos gobiernos ahora fingen profunda preocupación por Ucrania en guerra, ofrecieron ayuda. Más bien se dedicaron a criticar a la URSS; su supuesto humanismo quedó en entredicho.

Lo decimos bien alto: CUBA, agredida y bloqueada por el imperialismo yanqui, SÍ LO HIZO.

A primeros de 1990 y con el objetivo de estudiar el alcance del accidente nuclear, así como ver de que manera se podía ayudar, un grupo de especialistas cubanos viajó a la zona del siniestro. La evaluación pronto obtuvo los primeros resultados: en marzo de aquel mismo año, una avanzada de 139 niños afectados por diversas enfermedades oncohematológicas fueron recibidos en el aeropuerto internacional José Martí de La Habana por el propio Fidel.

Nacía así el Programa de Atención a los niños de Chernobyl, promovido por el Jefe de la Revolución y apoyado de manera entusiasta por toda la población. En julio llegaron más afectados a Cuba desde Rusia, Bielorrusia y Ucrania. A partir de entonces, todos los años visitaron la Isla una media de 2.000 niños procedentes de los tres países ya mencionados, así como de Moldavia, Armenia y otras naciones europeas. Atendidas en el Hospital Pediátrico de Tarará por los médicos cubanos, el mencionado Programa de Atención a los niños de Chernobyl benefició a más de 25.000 niños y niñas.

Decíamos unas líneas más arriba que el pueblo apoyó con entusiasmo la decisión gubernamental de ayudar a los damnificados, y existen no pocos ejemplos que lo certifica. Especialmente reseñable es la humana actitud que tuvieron los niños cubanos: estos cedieron un importante espacio de descanso y recreación infantil, como era el Campamento de Pioneros José Martí de Tarará, para que, a partir de entonces, fuera utilizado en la recuperación de las víctimas del accidente nuclear que llegaban a la Isla.

Bloqueado por el gobierno de los Estados Unidos e inmersos en un duro Período Especial, Cuba hizo lo que ningún país quiso hacer: acoger a los afectados de la catástrofe nuclear para organizar un programa integral de salud que, además de masivo, siempre fue gratuito.

A continuación, les proponemos este documental:

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