De los 41.000 palestinos asesinados en Gaza y Cisjordiania, 17,000 son niños. Una cifra estremecedora que no es capaz de convencer a los gobiernos europeos de ir más allá de un ridículo y vergonzoso llamamiento a que haya dos estados (¿?).
En el caso del estado español, el gobierno del PSOE y Sumar supo juntar en las pasadas elecciones millones de votos, al parecer progresistas, pero que llegado el caso no sirven para romper relaciones diplomáticas con el estado sionista. Es posible que los electores y su aparato mediático y sindical anden entretenidos en otros asuntos más importantes que el genocidio. Es seguro que las imágenes de niños destrozados por la barbarie valgan menos que sus cuitas parlamentarias.
Que un gobierno que se auto califica de «progresista» no llame a un boicot a Israel, no cite a la embajadora en Madrid y no rompa relaciones con Tel Aviv, es una muestra evidente de lo que son y, sobre todo, para lo que están. Y también que el capitalismo los tiene abducidos.
El Comité sobre los Derechos del Niño, integrado por 18 expertos independientes en derechos humanos, condenó los ataques israelíes contra objetivos civiles en la Franja, que acumulan más 16 mil 700 menores fallecidos y al menos seis mil 100 heridos.
La presidenta del Comité, Ann Skelton, calificó de inaceptables los índices de violaciones del derecho humanitario internacional y lo establecido internacionalmente para la protección de derechos humanos.
Los niños, recordó la experta, son siempre civiles.
De acuerdo con el reporte, como resultado de los ataques indiscriminados y desproporcionados, al menos un millón de niños fueron desplazados, 21 mil están desaparecidos, 20 mil perdieron a uno o ambos progenitores y cerca de 17 mil se encuentran solos o separados de sus familias.
El reporte denuncia la utilización de armas explosivas con efectos de gran alcance en zonas densamente pobladas, y su denegación de acceso humanitario, lo que ha provocado decenas de muertos infantiles por desnutrición y tres mil 500 menores en riesgo de muerte por la falta de alimentos.
“No creo que hayamos visto antes una violación tan masiva como la que hemos visto en Gaza”, precisó en declaraciones a la prensa Bragi Gudbrandsson, vicepresidente del Comité.
Gudbrandsson denunció tres violaciones de las seis más graves que no queda duda de que Israel comete: matar y mutilar a niños, atacar hospitales y escuelas y denegar el acceso humanitario.
“Estas son violaciones extremadamente graves que no solemos ver. La muerte indignante de niños es casi única en la historia. Este es un momento extremadamente oscuro en la historia”, remarcó.
El Comité denunció además continuos secuestros, detenciones arbitrarias y reclusiones prolongadas de un gran número de niños palestinos a manos de las fuerzas israelíes.
La mayoría de ellos sin cargos, juicio o acceso a representación letrada o contacto con sus familiares, advirtieron al respecto.