Los fondos buitres que operan en España: Cerberus, Blackstone, Colony Capital y Apollo.
Los fondos buitre se enfocan en la compra de deudas que están en dificultades económicas, incluyendo préstamos impagados, hipotecas en proceso de ejecución o créditos en mora. Estas deudas suelen ser vendidas por las entidades originales a los fondos buitre a precios muy inferiores a su valor nominal.
Los fondos buitre acaparan más de 115.000 viviendas de alquiler en España. Si se quiere abaratar el alquiler y garantizar el derecho a una vivienda digna, hace falta una mayor actuación pública.
BlackRock, el mayor gestor de activos del mundo, obtuvo entre enero y junio un beneficio neto de 2.523 millones de dólares, ligeramente por encima de los 2,513 millones de dólares del mismo periodo de 2022.
Naturgy, un ejemplo.
El presidente de la energética Naturgy, Francisco Reyes,elogió a Blackrock por dar estabilidad a las empresas y afirmó que “hay alineamiento de intereses y visión a largo plazo”.
Lo comentó en una entrevista el jueves en expansión en el marco de la 54ª reunión anual del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza) y a raíz de la adquisición por parte de Blackrock del fondo estadounidense Global Infraestructure Partners (GIP), que posee una participación del 20% en la energética española. Reynés recordó que Blackrock ya es conocido para Naturgy: “Blackrock ya es un socio conocido con el que compartimos la titularidad del gasoducto Medgaz”, indicó, y opinión que el movimiento entre el fondo y GIP es un reconocimiento a la energética.
Por otro lado, el fondo australiano IFM subió dos posiciones en el capital de Naturgy y supera por primera vez la cota del 15% en la energética, consolidándose como su cuarto principal accionista, según consta en los registros de la CNMV.
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BlackRock, el fondo buitre, ha sacudido los cimientos financieros de España con su última operación corporativa, la adquisición del fondo de inversión en infraestructuras GIP por la colosal cifra de 11.413 millones de euros. A primera vista, esta compra podría pasar desapercibida en el ámbito internacional, pero su impacto en el panorama español es innegable y preocupante.
Con la conclusión de esta operación, BlackRock se convertirá en dueña del 20% de Naturgy, empresa estratégica dentro del sector energético. Este movimiento coloca a la gigantesca gestora como accionista en 20 de las 35 empresas que componen el Ibex 35, el índice de referencia de la Bolsa española. Esto plantea interrogantes y desafíos considerables para la estabilidad financiera y política del país.
La adquisición de GIP por parte de BlackRock ha causado incomodidad entre algunas fuerzas políticas progresistas, especialmente Sumar y Podemos. Estos partidos han instado al Gobierno a tomar medidas para evitar que la gigantesca gestora tome el control del 20% de Naturgy. GIP es uno de los principales accionistas de Naturgy, con una participación del 20% y dos asientos en el consejo de administración.
La situación plantea una pregunta crucial: ¿Tiene el Gobierno español la capacidad de intervenir en esta operación y proteger los intereses estratégicos del país? La presencia de BlackRock en 20 de las empresas más importantes del Ibex 35, incluyendo sectores críticos como la banca, las energéticas y las telecomunicaciones, plantea un desafío significativo con el poder obtenido por los fondos buitre.
En términos financieros, BlackRock ya es un actor importante en España. Su participación en estas 20 empresas, sumada a Naturgy, representa un valor de acciones en el Ibex 35 que supera los 24.800 millones de euros, según los precios de mercado actuales. Esto equivale al 3,86% de todo el selectivo bursátil español, un porcentaje impresionante que otorga a BlackRock un papel crucial en la economía española.
BlackRock no se limita solo a la energía en su expansión en España. Su presencia abarca sectores estratégicos como la banca, donde es el primer accionista en BBVA y Santander, y también en otras áreas cruciales como las telecomunicaciones. Su estrategia se caracteriza por adquirir posiciones de entre el 3% y el 6% en las empresas en las que invierte, ejerciendo su influencia de manera discreta pero efectiva.
Aunque BlackRock no suele participar activamente en la gestión de las empresas en las que invierte, su influencia en los mercados es innegable. Sus estrategias de inversión y las declaraciones de su consejero delegado, Larry Fink, son seguidas de cerca en todo el mundo financiero. Fink es conocido por enviar cartas anuales a los consejeros delegados de las empresas en las que BlackRock tiene participación, marcando las tendencias y direcciones que espera que sigan los mercados.
La adquisición de GIP marca una nueva era para el fondo buitre en España. Aunque la gestora no suele buscar un asiento en los consejos de administración de las empresas en las que invierte, esta operación le otorga una presencia directa en Naturgy, un sector estratégico.