Todos los medidores de la macroeconomía que utilizan los organismos internacionales lo confirman. Venezuela comienza una fase de «crecimiento» tras la «guerra económica» y el un «bloqueo» por parte de Estados Unidos y su política de sanciones para presionar una caída del gobierno, que incluye un embargo petrolero. En una intervención ante el parlamento el presidente, Nicolás Maduro, avanzó «2022 como el año del surgimiento». «Vamos a una expansión del crecimiento del emprendimiento».
Con la caída de los precios del petróleo en 2013, una contracción de la economía y las sanciones impuestas por EE.UU, Canadá y la Unión Europea, la administración de Maduro aplicó una importante reducción de gastos por parte del Estado, restricciones al crédito bancario y un menor gasto en bolívares para mantener la estabilidad del tipo de cambio. Para 2017, el déficit público superaba el 20% del Producto Interno Bruto (PIB), el más alto de América Latina. Pero un estudio independiente de la Universidad Católica Andrés Bello lo situó en 7,9% para 2020.