Tal día como hoy, pero de 2001, efectivos de la guardia civil se personaron en casa de Unai Romano con el propósito de detenerlo. Eso es lo que hicieron para mantenerlo incomunicado durante cinco días (del 6 al 11 de septiembre), período de tiempo en que lo dejaron de tal manera, como consecuencia de las torturas sufridas, que hubo de ser hospitalizado.
La imagen que se conocen de Unai Romano tras los citados cinco días de incomunicación es sin duda elocuente. No obstante, los torturadores y sus encubridores negaron la mayor argumentando, de manera insultante, que el detenido se había autolesionado. Tamaña mentira se cayó por su propio peso.
A pesar del aspecto tan maltrecho con el que Romano fue presentado ante el juez que llevaba el caso, éste no creyó a la víctima cuando denunció las torturas que le habían aplicado.
Hoy el juez que negó la evidencia o, con otras palabras, que encubrió la tortura, es ministro del Interior del gobierno “progresista” presidido por Pedro Sánchez y que cuenta con varios ministros de Unidas Podemos; se llama Fernando Grande-Marlaska.
- Testimonio de Unai Romano:
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