No es que la famosísima Mesa de Diálogo entre el Gobierno español y el Govern de la Generalitat carezca de patas; sobre la misma, tampoco se visualiza alimento alguno que pueda nutrir y mitigar el hambre de República independiente que, de manera legítima, posee el pueblo de catalán. A lo sumo, en dicha mesa sólo se podrá discutir sobre cómo gestionar la sucursal del Estado en Catalunya, que eso es, y no otra cosa, la autonomía catalana.
Esto ya lo dejó muy claro el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez al expresar hace mucho tiempo que se podría hablar de todo menos del derecho a la autodeterminación. Por lo tanto, nada de referéndum pactado con el Estado.
España es una cárcel naciones, y los carceleros no están dispuestos a abrir la puerta a ninguna de ellas. Está más que claro que quienes quieran superar sus muros tendrán que utilizar otros métodos que no sean el diálogo tramposo y condicionado con quienes tienen las llaves de las celdas en sus manos y, por el contrario, ninguna intención de utilizarlas para liberar a sus históricas presas
Ayer, viernes, se reunieron en la Moncloa el presidente español, Pedro Sánchez, y el catalán, Pere Aragonès. Luego de la misma, los dos gobiernos anunciaron una nueva convocatoria de la Mesa de Diálogo. Este diálogo se celebrará la última semana de julio en Madrid. Aragonès expresó que el objetivo de esta nueva convocatoria es abordar el fin de la represión y avanzar en la desjudicialización del conflicto con unos “primeros acuerdos parciales”.
La Mesa de Diálogo fue anunciada por ERC, en su día, como un gran logro. Condicionó su puesta en marcha al apoyo al Gobierno de Pedro Sánchez. Como se sabe, durante todo este tiempo la Mesa de Diálogo ha estado ausente y, sin embargo, ERC nunca ha dejado de apoyar en todo o casi todo al Gobierno de los “carceleros” y “expoliadores” del PSOE (con la participación sumisa y humillante de UP).