El gobierno progre ha ordenado que la fragata español Numancia escoltara al Grupo de Combate del portaaviones estadounidense USS Gerald R. Ford (CVN-78) durante su tránsito por el Estrecho de Gibraltar rumbo al océano Atlántico. La operación ha puesto de manifiesto los lazos de cooperación entre la Armada española y la Marina de Estados Unidos (siervos y amos).
La Administración Trump ha ordenado al USS Gerald Ford que ponga rumbo al Caribe, donde existe un fuerte despliegue militar estadounidense en torno a Venezuela para quedarse con su petróleo. Se estima que durante los últimos dos meses se han desplazado cerca de 10.000 militares en la zona, en estado de alerta. la llegada del buque supone una muy sensible escalada de tensión en la zona, que ha disparado las especulaciones sobre un posible ataque estadounidense.
Según ha publicado The New York Times, aproximadamente la mitad de la fuerza estadounidense se encuentra a bordo de ocho buques de guerra de la Armada, incluidos unos 2.200 infantes de marina equipados con aviones de combate. «La otra mitad, ligeramente mayor, está principalmente en Puerto Rico, en antiguas bases estadounidenses que actualmente funcionan como aeropuertos civiles, e incluye cazas F-35 del Cuerpo de Marines, drones MQ-9 Reaper de la Fuerza Aérea y una variedad de otros aviones de vigilancia, junto con personal de apoyo».
La Numancia, con base en la Base Naval de Rota (Cádiz), pertenece a la 41ª Escuadrilla de Escoltas y es la tercera fragata de la clase Santa María, una serie de seis unidades diseñadas para operaciones de escolta y defensa aérea. Estos buques son piezas esenciales de la flota de superficie de la Armada española por su versatilidad y capacidad para operar de forma integrada con fuerzas aliadas de la OTAN.
