El próximo día 25 de marzo se cumplirán 23 años en que el genocida Javier Solana, que entonces dirigía la organización terrorista más grande y sanguinaria del mundo, ordenó iniciar los bombardeos contra Yugoslavia. Los bombardeos duraron 78 días y provocaron la muerte de más de 2.000 personas, entre ellas numerosos niños y niñas.
El actual presidente serbio, Aleksandar Vucic, recuerda muy bien la tragedia. Por eso cree que su país no debe unirse a la OTAN.
Vucic discursó ayer en la ciudad serbia de Kilinda, en un acto de la campaña electoral. Aquí fue donde expresó: “Creo que Serbia no debe unirse a la OTAN. Serbia es un país libre y un país militarmente neutral, y quiere defender su propia tierra y su propio cielo”.
El presidente subrayó que los serbios no pueden olvidar los bombardeos de la OTAN sobre la antigua Yugoslavia en 1999. Y añadió que “Nuestro deber es perdonar y nuestro deber es no olvidar. No tenemos derecho a olvidarse de esto. Seremos mucho más fuertes de lo que éramos en esos días, cuando los irresponsables, los arrogantes y los presuntuosos nos bombardeaban y libraban una guerra de agresión contra nosotros y nuestro país”.
Aleksandar Vucic nombró algunos nombres de niños asesinados por la OTAN en diferentes regiones de Yugoslavia. También denunció la hipocresía y el cinismo de los medios de (des)información occidentales. De estos dijo que ahora muestran “cochecitos sin niños” en Ucrania, lo que, sin embargo, cegados por su doble rasero, no hicieron durante los bombardeo de la OTAN contra Yugoslavia.
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