Es un día de asueto patrio y lo mejor es no preguntar mucho qué se celebra. Mejor así, porque la respuesta es un tanto patética: Día de la Inmaculada Concepción de María.
El origen de esta celebración cristiana viene de mediados del siglo XIX de la mano del Papa Pío XI, aunque en España se celebra desde 1644. Es una festividad que conmemora el nacimiento -ahí es nada- de la Virgen María, quien estuvo libre de pecado y culpa desde su concepción hasta su muerte, según exige reconocer la tradición católica. La fecha elegida se debe a un cálculo matemático. La Iglesia Católica celebra el nacimiento de la Virgen el 8 de septiembre.
Y la Constitución estableciendo el principio de la aconfesionalidad. Ya.