No es que la propuesta de los dos Estados sea una solución al problema, que NO lo es, porque mientras el Estado de Israel siga existiendo Palestina nunca será libre, siempre será un pueblo sometido por la ocupación sionista. Eso lo saben hasta los niños de primaria; obviamente, quienes proponen tan falsa “solución” también. Pero es que, además, Israel no quiere la existencia de un Estado palestino. Lo ha dicho siempre, se ha negado siempre a su creación, y ha vuelto a insistir en su negativa.
Sucede que, en vísperas de la votación del Consejo de Seguridad de la ONU sobre una resolución redactada por Estados Unidos que deja abierta una “vía creíble” hacia la creación de un Estado palestino, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha reiterado su oposición a cualquier intento de crear un Estado palestino. El genocida sionista ha afirmado que el rechazo de Israel a dicho Estado “no ha cambiado en absoluto”. Y ha añadido: “No necesito afirmaciones, tuits ni sermones de nadie”.
Según se ha podido saber, la mencionada resolución autorizaría una “fuerza internacional de estabilización en Gaza”. Se debe subrayar que hasta el momento ningún país ha aceptado enviar tropas de “imposición” y solo están dispuestos a desplegar “fuerzas de paz”.
La autorización de una “fuerza internacional de estabilización en Gaza” ha sido condenada y rechazada por Hamás y las demás facciones de la resistencia palestina. Y no están de acuerdo con dicha fuerza internacional porque impone un mandato extranjero que despoja a los palestinos del control sobre su propia tierra.
A todo eso, la violencia sionista contra el pueblo palestino no cesa, continúa intensificándose en la Cisjordania ocupada, donde siete palestinos, entre ellos seis niños, han muerto por fuego israelí en las últimas dos semanas en medio de un aumento de los ataques de colonos.
Por otra parte, en Gaza, familias desplazadas en el campamento de Mawasi sobrevivieron con dificultad a las inundaciones y a la lluvia en sus tiendas de campaña tras la primera tormenta invernal, lo que pone de manifiesto la profunda crisis humanitaria que persiste a pesar del alto el fuego, violado repetidamente desde el 10 de octubre.
