El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ya está en Alaska. Ha llegado antes de la reunión entre Vladimir Putin y Donald Trump, y lo ha hecho luciendo una camiseta con está inscripción: CCCP, que es el acrónimo en alfabeto cirílico de la Unión Soviética.
En un breve intercambio con periodistas a las afueras de su hotel en Anchorage, el canciller ha afirmado que se había logrado mucho durante la reciente visita a Moscú del enviado especial de Estados Unidos, Steve Witkoff, y que el Kremlin espera continuar esta «conversación útil» en la cumbre programada para las próximas horas en Anchorage.
Lavrov ha añadido: «Nunca planeamos con antelación. Sabemos que tenemos argumentos, una posición clara y comprensible».