Se suele decir que nadie muerde la mano que le da de comer; ni qué decir tiene si, además, la comida ofrecida es apetitosa y abundante. Se entiende, pues, que Katu Arkonada, lejos de morderla, lo que haga es lamerla de manera notable (la de AMLO y MORENA lo hace muy a menudo).
Entre otras cosas, Arkonada fue asesor del Viceministerio de Planificación Estratégica, de la Unidad Jurídica Especializada en Desarrollo Constitucional y de la Cancillería del Estado Plurinacional de Bolivia; ahora, como decía, está en la nómina del presidente mexicano, Manuel Andrés López Obrador (MORENA). El desempleo no existe para algunas personas que viven muy bien de ayudar a mejorar (supuestamente al menos) la vida de los desposeídos.
Arkonada es un acérrimo defensor del Tren Maya, un megaproyecto que el Gobierno mexicano quiere imponer a toda costa contra la voluntad popular (la consulta se llevó a cabo de manera tramposa; tanto que hasta la ONU la desaprobó).
Por lo que ya he dicho, no sorprende la defensa a ultranza que ejerce el asesor europeo en América, de alguna manera tiene que justificar su sueldo. Sin embargo, sí que llama la atención el halo de prepotencia que esgrime (esto se percibe muy bien en algunos de sus mensajes a través de Twitter), también de incoherencia en la citada defensa.
Desconozco qué pensaba exactamente Katu Arkonada del Tren de Alta Velocidad (TAV) que se está imponiendo en su Euskal Herria. Pero conociendo su pasado vínculo con la Izquierda Abertzale (no sé en qué punto estará ahora esa relación, aunque eso ahora no importa, pues EH Bildu aprobó los presupuestos españoles que incluyen la mayor partida económica para el TAV desde que éste comenzó a construirse) se supone que estaría en contra de la imposición del Partido Nacionalista Vasco (PNV), también conocido popularmente como Partido del Negocio Vasco. No es que el Tren Maya y el TAV sean lo mismo pero, salvando las distancias, sí muy parecido; probablemente el tren mexicano sea de mayor impacto negativo en cuestiones medioambientales, aunque Arkonada hable de “mitigación” en ese aspecto.
Y ese cuento de que va a llevar riqueza a la zona, como asegura el asesor vasco, lo conocemos tan bien, nos lo han contado tantas veces que ya sabemos cómo acaba. ¿Riqueza para quién? Para los de siempre, sin duda. Migajas y más miseria para los de siempre también.
Efectivamente, por más que Arkonada se empeñe en hacer creer lo contrario, el Tren Maya beneficia a los intereses empresariales por encima de la protección y garantía de los derechos de las comunidades indígenas y rurales y el medio ambiente.
Decía que Arkonada está llevando su defensa del megaproyecto de AMLO de manera bastante prepotente o, al menos, poco humilde. El 25 de febrero de 2020, por ejemplo, escribió este mensaje en su cuenta de Twitter: “Muchos vemos en el Tren Maya un proyecto de desarrollo para un sureste sumido en la pobreza, desarrollo en diálogo con las comunidades y con mitigación ambiental. El infantilismo de izquierda ve un «tren del despojo”.
¡Cómo son las cosas! Ha tenido que ir un europeíto, un “adulto de izquierdas” a México para enseñarles lo que ellos “no saben”. ¡Qué detalle! ¡Cuánto altruismo por su parte! ¡Como si en la Europa y en la Euskal Herria de Katu Arkonada no habría nada que mejorar desde posiciones de izquierda!
El desembarco de no pocos asesores europeos “progresistas” (unos cuantos del Estados español) en el otro lado del Atlántico no deja de ser, en no pocos casos, otra manera de hacer las Américas. Se llevan una cantidad de dinero importante (vía sueldos y otros gastos a veces desmedidos que, obviamente, nunca llega a los bolsillos de los desfavorecidos que, se supone, tratan de ayudar.
Los gobiernos, para los que esos asesores trabajan, pueden llegar a sacar a la gente de la pobreza extrema, casi nunca de la pobreza. Y es que el capitalismo, por más que lo disfracen de progresista y, sarcásticamente, hasta de socialista, siempre asegurará a las élites el pan entero, mientras para sus súbditos reservan como mucho las migajas, esas que se las comen los gorriones en vuelo antes de que caigan al suelo, donde habitamos la mayoría de la población mundial. Esto no es de ahora, ha sido una constante.
Conocido es que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), el Congreso Nacional Indígena (CNI) y el Concejo Indígena de Gobierno (CIG), entre otrxs, se oponen (con sobrados argumentos) al Tren Maya, como también se oponen al “Proyecto Integral Morelos” (otra perversa imposición de AMLO, a favor de las multinacionales, que no duda en enviar a sus fuerzas represivas contra quienes ofrecen resistencia), de modo que para Katu Arkonada sus miembros son “infantiles de izquierdas”.
Como se puede observar, la humildad de este individuo, en éste caso al menos, brilla por su ausencia. Menos mal que se autodenomina Marxista, aunque, eso sí, con el añadido de Nac&Pop.
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