El pasado jueves, 19 de enero, Francia vivió una huelga general con muy importante participación por parte la clase obrera. Se trataba de decir un NO rotundo a la reforma del sistema de jubilaciones del derechista presidente del gobierno, Emmanuel Macron. Como se sabe, este siniestro individuo pretende aumenta de 62 a 64 los años para jubilarse.
No está de más añadir que en España la edad de jubilación está en 67 años, y que el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, quiere subirla a los 70. Aquí, a pesar de estar mucho peor que en Francia, la última huelga general (en todo el estado) se llevó a cabo hace ya 12 años.
Esta situación da para análisis varios, pero hoy quiero señalar un caso que me ha llamado mucho la atención, aunque en realidad no me ha sorprendido gran cosa, tratándose de un sindicato ampliamente alimentado por el sistema, como todos los que autodenominan “mayoría sindical vasca”.
Sucede que, mientras en el sur de Euskal Herria (la parte sometida por el Estado español) el sindicato LAB es incapaz de llamar o propiciar una huelga general, en el Norte de Euskal Herria (parte sometida por el Estado francés) la acaba de apoyar. Cabe preguntarse: ¿Por qué en un lugar la apoya y en el otro, que las condiciones de los y las trabajadoras son mucho peores, se muestra tan impasible?
Quizá la respuesta haya que buscarla en que el sindicato LAB forma parte de la Izquierda Abertzale integrada en EH Bildu, una coalición que apoya de manera sistemática al gobierno de derechas y antiobrero de Pedro Sánchez.
Por poner un solo ejemplo que guarda cierta relación al tema que nos ocupa, decir que en la votación en el Congreso al Proyecto de Ley de Revalorización de las Pensiones (que supone otro paso hacia la privatización de las mismas) EH Bildu se abstuvo.
En definitiva, como todo partido y sindicato alimentado por el sistema, LAB prioriza sus intereses de empresa (que no es pequeña, precisamente) sobre los de la clase obrera que dice defender.
Escrito por