Fue ayer, miércoles, cuando el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) ha convocó a “los pueblos libres del mundo” a movilizarse a partir de mañana, viernes 25 de julio, a una campaña global de protestas contra el asedio impuesto por el Estado genocida de Israel sobre la Franja de Gaza.
Se espera que al menos durante todo el próximo fin de semana las movilizaciones denuncien denunciar la extrema situación de hambruna provocada por la guerra y, sobre todo, por el bloqueo total del enclave por parte de Estado sionista ante los ojos del mundo y la complicidad de los gobiernos occidentales, que se les llena la boca con la expresión “derechos Humanos”, pero se mantienen indiferentes o son cómplices de la barbarie.
Hamás lo expresa muy acertadamente acerca de lo que sufre la población de Gaza: es “una muerte lenta” ante “el inquietante silencio global y la ausencia de cualquier acción que esté a la altura de la catástrofe”.
Desde el inicio de la ofensiva militar israelí en octubre de 2023, la entrada de alimentos, medicamentos y combustible ha sido drásticamente restringida. En marzo, el Ejército de ocupación cerró por completo el paso de ayuda durante dos meses. La asistencia sigue siendo muy escasa, con el agravante de que cerca de 1.000 personas han sido asesinadas por soldados sionistas al intentar recoger alimentos en lugares asignados para ello.
La situación de hambruna provocada por el Estado sionista ha provocado al menos la muerte 101 personas —entre ellas 80 menores de edad—. Los genocidas asesinan con bombas; también con hambre inducido contra la indefensa población.