Pese a la situación pandémica y el intento desde el gobierno central de desmovilización, lo cierto es que decenas de miles de personas (400.000 según la ANC) volvieron a mostrar en las calles su deseo de autodeterminación. Los políticos de ERC sufrieron continuos gritos y pitadas por haber iniciado una Mesa de Diálogo con el gobierno de Pedro Sánchez, donde avanzar en su reivindicación es imposible dado que desde Madrid se apela a la Constitución y punto. La presencia de la comisaria con su historia represiva en el centro de la ciudad, en la Via Laietana, concitó la ira e indignación de cientos de manifestantes.