Rescata para que “algo” quede. ¿No nos vendían, sobre todo en los 90, que el capitalismo ya era neoliberalismo que prescindía del Estado? ¿Y que la potencia en sí de las grandes corporaciones les haría prescindir del propio Estado negando la tesis de Lenin al respecto de este asunto?
Y resulta que es la necesidad imperiosa de no negar el sacrosanto libre juego de la competitividad del mercado, de su libre juego de la oferta y la demanda (también para la fuerza de trabajo), lo que se utiliza para negar la intervención del Estado en la mejora de derechos laborales y sociales.