Jesús García Blanca lleva muchos años investigando la mafia del poder que opera en el área de la salud. Sus libros, charlas, debates y conferencias son conocidos para muchas personas que han dudado de la versión oficial de los hechos. Nos acercamos a sus reflexiones.
1. Qué te dicen las palabras «negacionistas» o «conspiranoico»?
Me dicen que quienes las lanzan no tienen argumentos. Son dos típicas descalificaciones
habituales en defensores (torpes) de las tesis oficiales, en este caso, la falsa pandemia del
supuesto coronavirus. En realidad, los “negacionistas” son, somos personas que rechazamos
las mentiras oficiales, investigamos por nuestra cuenta en fuentes creíbles e independientes y
exponemos nuestras conclusiones. Decir en los momentos más duros de la agresión contra
Iraq que no había en ese país armas de destrucción masiva… era negacionismo? No, era un
deber ético de quien investigaba de forma honesta e independiente. Y ahora, esa obligación
nos lleva igualmente a plantear lo que encontramos: que nadie ha demostrado haber aislado
el supuesto nuevo coronavirus, que no hay evidencia científica de una nueva enfermedad,
que ningún test es válido y por tanto todas las cifras son falsas, que la inmensa mayoría de
los enfermos y muertos atribuidos a la COVID lo han sido de gripe y otros problemas
respiratorios, que el exceso de muertes se ha debido a la iatrogenia y que los derechos y
libertades se han pisoteado sin base científica alguna. En cuanto a la otra palabreja… no, no
hay conspiración, lo que hay es ejercicio del poder… salvo que algún “negacionista” quiera
negar que existen esas relaciones, claro.
2. ¿No es demasiado pedante o arriesgado afirmar que los que dudan de la teoría oficial son
los inteligentes de la época y los que no unos tontos pagados por la industria fármaca?
No, esto no va de listos y tontos. Y desde luego que la industria no necesita comprarlos a
todos. Que compra a unos pocos líderes de opinión o gente en cargos de relevancia es vox
populi y los sobornos a médicos están demasiado documentados como para que pierda el
tiempo en eso. Los que dudan de la teoría oficial son los que aplican un verdadero espíritu
científico frente a los dogmas oficiales. En cuanto a la inmensa mayoría que acepta lo que
dice la tele es un problema más profundo que tiene que ver con una herramienta básica de
poder: la educación. Esas personas no son “ignorantes”; el ignorante puede aprender. Todos
ignoramos cosas que podemos aprender con el esfuerzo necesario. Pero estas personas no
“ignoran” sino que creen que saben, que es mucho peor, porque bloquea la posibilidad de
aprender. Acaso la gente ignora lo que es un virus? No, la gente cree que sabe lo que es un
virus, que es muy diferente. Y a esa labor de base educativa se suma Falsimedia, que en este
caso —y cuando digo este caso, me refiero a todo los que tenga que ver con la ciencia y
especialmente con la medicina— no incluye solo a los grandes medios de los que hablaba
nuestro compa Antonio Maira cuando propuso el término, sino que incluye a muchos medios
independientes e incluso autodenominados de contrainformación, de los que Insurgente es
una honrosa excepción, como demuestra sin ir más lejos esta entrevista.
3. Llevamos meses asistiendo a una guerra absoluta de virólogos, epidemiólogos, científicos…
a quién hacer caso en este tema del SARS?
No recuerdo qué célebre periodista decía “follow the money”, “sigue el dinero”. Yo prefiero:
“sigue el Poder”. Es el hilo que nos dice en quien confiar. Quién trabaja para la gente, para
buscar la verdad o simplemente para cumplir un mandato ético. Y quién trabaja para los Amos
del Mundo, a sabiendas o no, por acción u omisión. El otro día en un debate alguien me dijo:
“es que llevo 20 años ejerciendo la medicina”. Y yo le respondí: “y yo llevo 20 años
investigando mentiras”. No seamos cándidos, los culpables están perfectamente identificados
por ahí Arriba. Y los rebeldes lo sabemos muy bien. Solo hay que tirar del hilo y conectar esos
ámbitos de poder con los “expertos” del telediario.
4. ¿Qué interés puede haber en los gobiernos de destrozar sus propias economías?
Aquí los gobiernos no deciden casi nada. Las decisiones son globales y vienen de muy Arriba.
Forman parte de una estrategia global y por tanto pueden perjudicar a ciertos países (entre los
que nos encontramos) y beneficiar a otros, pero el juego no va entre países. Aquí perderán los
de siempre y ganarán los de siempre.
5. En las movilizaciones (Berlín, Italia, Londres….) contra la tesis oficial de lo que ocurre se ha
evidenciado la presencia de la extrema derecha, ¿no elimina cualquier posibilidad de
credibilidad que personajes abyectos como Bolsonaro o Trump secunden ciertas tesis
negacionistas?
Existen numerosos grupos de ultraderecha e incluso Neo nazis que son veganos, animalistas,
ecologistas… vamos a dejar de ser veganos, animalistas o ecologistas? Es cierto que grupos
de ultraderecha han aprovechado esto para ganar terreno, pero es una táctica vieja: prometer
salvación en los momentos de crisis social o económica. Lo esencial es que estos grupos no
se oponen a las tesis oficiales desde argumentos ideológicos, sino desde la evidencia
científica que puede utilizarse desde cualquier posición ideológica. Lo grave es que esa
ceguera de la izquierda más honesta y radical o de los antisistema o de los anarquistas está
amparando bajo un disfraz de cientificismos decisiones que sí que son fascistas: encierros,
reclusión de sospechosos, maltrato infantil, discriminación, leyes que recortan derechos y
pisotean libertades y confieren poderes extraordinarios a los gobiernos… y todo ello apoyado
por partidos de izquierda y de derecha o incluso en España, de ultraderecha. Se puede estar
más ciego? Si mañana Bolsonaro o Trump se declaran en contra de los transgénicos, los que
llevamos criticando la manipulación genética vamos a defenderla para no estar en el mismo
bando? Aún recuerdo que a las macromanifestaciones contra el submarino nuclear Tireless en
el Campo de Gibraltar siempre acudía un pequeño grupo de falangistas con sus banderas con
aguiluchos… acaso debíamos haber abandonado la manifestación? A mí me preocupa el
posible ascenso de la ultraderecha, pero me preocupa aún más la ceguera de la ultra
izquierda, de los supuestos antisistema (que los son para según qué cosas) y de los
colectivos okupas y anarquistas. Me preocupa y me entristece.
6. Desde tú punto de vista qué está ocurriendo y hacia dónde vamos?
Lo que está ocurriendo es una nueva reorganización del poder. Puedes llamarlo “Nuevo
Orden Mundial”, pero en realidad no tiene nada de nuevo: en los últimos seis mil años ha
habido muchos: los primeros imperios fluviales fueron un “Nuevo Orden Mundial”, y el Imperio
Romano, y el Feudalismo, y las Monarquías Absolutas, y la Revolución Francesa… que este
nos parezca más brutal se debe a que es el que sufrimos directamente en lugar de estudiarlo
en los libros de historia, pero es un paso más hacia la oscuridad inevitable.
7. Los que rebaten estas tesis (incluídos profesionales sanitarios de decenas de países) dicen
que la mejor manera de convencerse es ir a una UVI a ver el panorama…
Una mis pelis favoritas de ciencia ficción en mi infancia era El hombre con rayos X en los ojos.
Igual alguien posee visión de microscopio electrónico y puede llegar a la UVI y ver los
coronavirus por ahí saltando, no sé. Cosas más absurdas nos quieren hacer creer quienes
administran este cotarro para sus Amos: mascarilla obligatoria al aire libre y caminando en
soledad, pero no obligatoria con tu peña de amigotes en una terraza. A ver, la temporada de
gripe de cada año provoca enormes problemas de salud, muertes y bloqueos de hospitales. Ir
a la UVI a ver personas enfermas no supone ninguna demostración de la causa que los hizo
enfermar. Aquí ha habido muertos por la gripe, ha habido muertos por enfermedades previas
agravadas por el pánico y el efecto nocebo, ha habido muertes a causa de protocolos
erróneos, ha habido muertes por medicación experimental y sobre todo, la mayoría de las
muertes han sido de ancianos encerrados en condiciones de violencia inhumana como
demuestra el informe de Médicos sin Fronteras, una organización nada sospechosa de
negacionismo conspiranóico. Lo siento, pero a estas alturas no me valen excusas de gente
obediente que quiere conservar su empleo o sus privilegios: cuántos de los aplaudidos cada
noche a las ocho ha investigado esto? Cuántos hablan desde el conocimiento? Cuántos han
dedicado cinco segundos a pensar lo que nos cuentan?
8. ¿Es posible que la vida tal y como la entendíamos haya cambiado definitivamente?
Bueno, antes he dicho que esto era un paso más, que ha habido otros pasos similares y
quienes los sufrieron en cada momento seguramente pensaron o sintieron que se trataba de
un cambio definitivo. No, no creo que esto sea definitivo: el poder continuará jugando sus
cartas siniestras y nuestra obligación seguirá siendo desenmascararlo, desmontarlo,
enfrentarnos en la medida de nuestras fuerzas, por un imperativo ético que nos empuja a
actuar aunque cualquier cálculo nos diga que la batalla está perdida.