Lo típico de los mandatarios occidentales cuando trasciende algún hecho que causa un poco más ruido mediático que lo habitual. Un ejemplo claro de esto es lo sucedido tras el ataque sionista al hospital Nasser y el posterior y segundo ataque que acabó con la vida de cinco periodistas y otros civiles, tales como rescatistas.
Hubo críticas por parte de varios presidentes de gobierno o similares, pero al final todos ellos acaban expresando que siguen apoyando o defendiendo al Estado sionista de Israel, que es quien provoca hechos tan deleznables. Es el caso de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que ha calificado de “injustificable” el asesinato de los mencionados periodistas en Gaza.
Meloni ha expresado durante una conferencia política en la ciudad costera de Rímini: “Es un ataque inaceptable a la libertad de prensa y a todos aquellos que valientemente arriesgan sus vidas para informar sobre la tragedia de la guerra”.
Pero tampoco ha faltado su apoyo a los genocidas sionistas: “No dudamos en defender a Israel, pero al mismo tiempo no podemos permanecer callados ahora ante una reacción que ha superado con creces el principio de proporcionalidad, asesinando a víctimas inocentes y amenazando a las comunidades cristianas, poniendo en peligro la histórica solución [de dos Estados]”.