El Estado sionista continúa haciendo lo que considere necesario para conseguir sus perversos intereses. Y lo hace porque sigue gozando de impunidad insultante, la complicidad de los gobiernos occidentales.
No solo asesinan, también arrasan con las viviendas y propiedades de los y las palestinas que habitan en lugares que quieren usurpar.
Bulldozeres israelíes, por ejemplo, demolieron dos casas y una instalación agrícola en Husan, Belén ocupado.
Igualmente, las fuerzas de ocupación israelíes demolieron tres casas residenciales habitadas y varias salas de estar que albergaban a 20 miembros de la familia Harb, además de destruir paneles solares, dos pozos, tanques de agua y arrancar o dañar alrededor de 30 árboles en Khillet al-Farra, al oeste de Yatta en la Gobernación de Hebrón, en la Cisjordania ocupada.
