Maricarmen, que así se llama la mujer llevaba 70 años viviendo en la casa de Madrid de donde querían desahuciarla. La buena noticia es que el Sindicato de Inquilinas de Madrid anunció ayer la suspensión del desahucio, que estaba previsto para este miércoles 29 de octubre. Según información facilitada por el sindicato a través de sus redes, el Juzgado de Primera Instancia había comunicado la decisión de aplazar la expulsión, aunque no lo ha cancelado.
El Sindicato de Inquilinas de Madrid ha dejado claro que si la suspensión se ha producido “no ha sido suerte, sino fruto de la lucha colectiva”, y que esta victoria “no viene de los despachos, sino de las calles, de las vecinas y de la organización popular”.
Sucede que la empresa que ha comprado su vivienda, Urbagesa, pretende expulsar a Maricarmen para obtener una mayor rentabilidad con un 250% de subida, un hecho que el sindicato considera representativo del “saqueo rentista” que viven los barrios de Madrid. De modo “que el Gobierno deje de hacer bromitas y que se tome muy en serio esta situación”, ha expresado, la portavoz del Sindicato de Inquilinas en Televisión Española, en referencia al reciente spot publicitario del Ministerio de Vivienda.
Por su parte, Maricarmen ha expresado: “No tengo donde ir. No puedo permitir que me corten una vida de 70 años, en esa casa murieron mis padres, están todos mis recuerdos. Están jugando con una vida y no hay derecho”. Y asegura que va a luchar “hasta el final”.
Ante la alegría de la victoria parcial, el sindicato advierte de que el procedimiento judicial continúa abierto. “El juzgado sigue pensando que a Maricarmen se le debería desahuciar”, denuncia la organización, que reclama que la única alternativa para Maricarmen es que se quede en su casa de toda la vida, rechazando la búsqueda de realojos temporales o asistenciales. “No queremos dar pena, queremos vivienda para todo el mundo. Basta de ser víctimas perfectas”.
Desde el PSOE de Madrid han querido ganarse puntos de una manera desvergonzada y oportunista. Han expresado: «Maricarmen se queda finalmente en su casa pero todavía hay muchas personas como ella en Madrid. La culpable tiene nombre y apellidos: Isabel Díaz Ayuso».
Pero desde el Sindicato le han contestado así de claro y preciso: «Ayuso es culpable. Pero también lo es otra Isabel: la Ministra de Vivienda. Maricarmen -como muchas inquilinas- viviría tranquila con contrato indefinido o si Urbagestión no hubiera comprado su piso para especular. Es competencia estatal. El Gobierno Central también es culpable».
