Los sindicatos mantienen el pulso y aseguran que saldrán a protestar el 7 y 11 de febrero contra la reforma pensional que impulsa el Gobierno de Emmanuel Macron. Para los trabajadores es inaceptable aumentar la edad de jubilación y el tiempo de cotización para acceder a la pensión completa; para el Ejecutivo, es «innegociable».
El sindicato CGT informa que ayer, martes, salieron a las calles de todo el país 2,8 millones de personas; la Policía del capital, siempre hacen lo mismo, rebaja la cifra hasta los 1,27 millones.
Asegura la parte convocante que no es la primera y tampoco será la última jornada de lucha y huelga general. Muy probablemente volverán a las calles de toda Francia el próximo 7 y 11 de febrero.
Las movilizaciones han sido al menos 240 en casi todas las regiones del país, con la participación principal de trabajadores del sector energético, educativo y de transportes.
La población de París, Marsella y Niza, por ejemplo, llenó las calles decir NO a la reforma de las pensiones impulsada por el presidente, Emmanuel Macron, que implica el aumento en la edad de jubilación, pasando, esta, progresivamente de los 62 hasta los 64 años en 2030, y el aumento de 42 a 43 años de cotización para acceder a la pensión completa.
Philippe Martínez, líder del sindicato CGT expresó durante la manifestación en la capital que “la primera ministra empezó diciendo que esta es una reforma sobre Justicia social. Pueden darse cuenta que ya no escuchamos eso. Ahora dicen que es indispensable. Bueno, la respuesta es tomarnos las calles”. Y añadió: “cuando sabemos lo que se siente trabajar, cuando trabajamos en la industria textil, en alimentos, en agricultura, en hospitales, sabemos que quienes nos piden trabajar dos años más, no conocen la realidad de trabajar”.
Fue bastante claro y preciso, sin duda.
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