Como se sabe, tras ser sometidos a un juicio farsa, la Audiencia Nacional les impuso penas de entre dos y 13 años de prisión por delitos de atentado a los agentes de la autoridad, lesiones, desórdenes públicos y amenazas.
Todos los condenados recurrieron al Supremo y el alto tribunal estimó parcialmente el recurso, reduciendo parcialmente las condenas en casi cinco años para algunos de ellos. Tras la sentencia del Supremo, la horquilla de penas quedó entre un año y medio y nueve años y medio de cárcel, pero al agotar las vías judiciales en España, los condenados optaron por recurrir al TEDH.
Hoy el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) no ha admitido a trámite el recurso que presentaron los condenados por la justicia española.
Cabe recordar que fue en noviembre de 2020 cuando los familiares de los condenados, englobados en la plataforma Altsasu Gurasoak, anunciaron que presentarían un recurso ante el tribunal de Estrasburgo.
Cuando la presentaron subrayaron que “ningún órgano del sistema judicial español con competencias para ello ha demostrado tener voluntad de frenar este montaje, demostrando graves carencias democráticas y violando los derechos fundamentales más básicos”.
El TEDH no les ha dado la razón, lo que no significa que carezcan de ella. Fuera ya de la cárcel, todos ellos, la sociedad en general sabe que los condenados nunca fueron culpables.