Si el gobierno PSOE/UP y la Unión Europea creen que elevando la altura de la valla de Melilla hasta los 10 metros y ubicando en lo alto un cilindro por si alguien logra escalar hasta arriba por las paredes lisas (sin posibilidad de enganches), pudiendo caer al suelo desde esa altura, solucionan el problema originado por el saqueo imperialista que devasta países y regiones de África, va listo.
Las nuevas vallas que sustituyen a la concertinas donde los emigrantes quedaban enganchados hasta el desgarro son sustituidas, tal y como había prometido Marlaska. Si hasta ahora vendían el capitalismo con rostro humano, ahora toca la valla con derecho a caída de 10 metros, con posibilidad cierta de muerte, pero al menos sin pincharse. En pocas semanas aparecerán por la zona los ministros progres para que la prensa inmortalice tan magno momento.