La Administración Trump es tan cínica, que sus funcionarios creen poder manipularnos con este tipo de cosas. Pareciera que el general Resóplez reencarnó en el enviado del Pequeño Marco. No aprenden que tratan con revolucionarias y revolucionarios templados en el fragor del combate y el sacrificio. No habrá otro Zanjón, no conseguirán imponernos otra Enmienda Platt y ya llegará el día en que nos devuelvan la Base Naval en Guantánamo.
Sé que hay socio-liberales por ahí con las rodillas a punto de tocar el piso, fuera de Cuba y también dentro de Cuba —el Pequeño Marco y su enviado parece que lo han avisorado—; algunos de ellos con expresiones bochornosas recorriendo estas redes sociales —impulsadas por algoritmos diseñados en operaciones de guerra cognitiva— y otros que se piensan más listos tratando de hacernos creer que tienen una posición intermedia, moderada, aunque la rabia contra nuestros principios y nuestro Gobierno Revolucionario es tal que les resulta imposible no destilar bilis. Hay también una vertiente de sietemesinos morales que ha traído de regreso la falacia de la “Revolución traicionada”, surgida en una habitación de la CIA desde el mismo 1959. Puedo entender que estén agotados por el sufrimiento, por la angustia de la vida cotidiana. Todos estamos igual. Pero apunten al victimario, no a la víctima. Y hagan caso al Apóstol: “¡Los flojos, respeten. Los grandes, adelante! Esta es tarea de grandes”. Claro que tenemos sombras y manchas, claro que se cometen errores y hay más de uno descarriado o acabando en nombre de la Revolución. Mas no es bueno absolutizar, eso no es periodismo ni ciencia. Eso es panfleto político. No crean que así serán capaces de torcer nuestro rumbo o inducir a la rendición. No tienen autoridad real ni influencia más allá del efecto cajón de esta “plaza pública” que produce ensoñaciones, eso es sabido.
No pocos andan por ahí hablando de pueblo para manipular los sentimientos de nuestra gente más jodía, de nuestra clase trabajadora —estatal o privada—; pero al igual que hizo la claque política el 20 de mayo de 1902, no dudarán en virarle las espaldas si Estados Unidos consiguiera regresar a Cuba a su condición de neocolonia; a su estatus de burdel de las Américas. El modelo para una supuesta Cuba sin revolución tiene cuerpo legal desde que el Congreso federal de Estados Unidos aprobó la Ley Helms-Burton. Está declarado que en ese dramático caso un procónsul llegaría a la Isla para imponer un régimen retrógrado en el orden social y una jungla neoliberal en el económico, subordinado al Gobierno yanqui. Quienes hablan hoy de pueblo de la boca para afuera, no dirían una palabra en un escenario como ese. No abrirían la boca por falta de valor o por complicidad, da igual. Fidel lo advirtió en los 90: cuando el barco comienza a hacer aguas, las ratas lo abandonan. Y al Resóplez anglosajón, solo recordarle que ya por aquí pasó el cabo Cason y no impresionó a nadie. Está en la Cuba mambisa; en la Cuba de Patria o Muerte. Y le dejo algunas frases de Martí, para recordarle que tenemos memoria:
“La libertad cuesta muy cara, y es necesario, o resignarse a vivir sin ella, o decidirse a comprarla por su precio… Ningún beneficio se adquiere sin gran costo… Que nadie goce de un beneficio cuyo precio no ha pagado».
«Unos hombres piensan en sí más que en sus semejantes, y aborrecen los procedimientos de justicia de que les puedan venir incomodidades o riesgos. Otros hombres aman a sus semejantes más que a sí propios, a sus hijos más que a la misma vida… y se exponen a la muerte por dar vida a la patria».
«…Hemos peleado como hombres, algunas veces como gigantes, para ser libres».
«Esto es muerte o vida y no cabe errar…; un error en Cuba, es un error en América, es un error en la humanidad moderna. Quien se levanta hoy con Cuba, se levanta para todos los tiempos».
