El oro no para de subir y está a punto de alcanzar los 4000 dólares. Ha incrementado su precio en más de un 50% en lo que llevamos de 2025. Es el mejor año para su cotización desde 1979. Algunos informes hablan de que su precio subir mucho más en los próximos años.
Entre las razones de que se dispare el oro está la devaluación de las monedas (en realidad, papel moneda) y la (in)sostenibilidad de la deuda a nivel global, empezando por la de los propios EE.UU. Todo agravado por las tensiones geopolíticas a nivel internacional.
Concretamente ahora se suma el cierre parcial del Gobierno Federal de Estados Unidos, que supone un colapso administrativo que está impidiendo la publicación de indicadores económicos. Esto hace crecer las dudas sobre cuál es el estado de salud de la mayor economía del mundo y sobre las rebajas de tipos que aguarda el mercado este año por parte de la Reserva Federal estadounidense.
Según la multinacional financiera alemana Berenberg, el oro sube como lo está haciendo debido a la desconfianza de que los bonos del Estado puedan cubrir los activos de riesgo y también a que los EE. UU. está utilizando el dólar como arma en sus relaciones comerciales, hasta el punto de que “consideramos que el oro es el único medio de intercambio eficaz en un mundo con bajo nivel de confianza».
