Las Fuerzas del orden dirigidas por el ministro del gobierno progre, Grande-Marlaska, tiene como objetivo en estos días defender el blanqueamiento de Israel a través del deporte. Sus números se ganan el sueldo vigilando, deteniendo o golpeando a las personas solidarias que acuden a la etapa de la Vuelta ciclista a manifestar su indignación contra el genocidio sionista y la presencia de un equipo israelí: PremierTech y para que los necios e hipócritas acudan a aquello de que «una cosa es la política y otra e deporte». Será por eso que los deportistas rusos no pueden participar por las decisiones de los capos (deportivo-financieros) del deporte. Por si fuera poca la connivencia de los poderes del régimen, el juez Pedraz, en un ejemplo de despropósito intencionado y mal oliente, se ha propuesto investigar por odio no a Israel, sino a los que protestan contra el genocidio. El aparato judicial no podía faltar en la defensa del sionismo y saca sus peones a pasear. Palestina ha logrado que el fascismo patrio que nos rodea enseñe su cara sin máscaras, a esos que niegan el genocidio en Gaza y Cisjordania pero acuden raudos, por ejemplo, a defender a los golpistas guarimberos venezolanos, a la ultraderecha ucraniana o al golpe de estado en Siria, pero que los domingos acuden a misa a librarse de los pecados para intentar salvar sus almas enfermas.
