Lo anunció ayer, 22 de octubre, el mismo Comité Olímpico Internacional (COI). Este Comité ha ordenado a todas las federaciones deportivas internacionales que eviten celebrar eventos en Indonesia. ¿Por qué tamaño atropello? Pues porque, en un gesto solidario con el pueblo de Palestina y contra el genocidio del Estado sionista, Indonesia se negó a otorgar visas a los atletas israelíes que compiten en el Campeonato Mundial de Gimnasia Artística en Yakarta.
Tras su reunión de la Junta Ejecutiva, el COI dijo que “no tenía ninguna solución alternativa” a la decisión de Indonesia, por lo suspendería toda cooperación con el Comité Olímpico Indonesio (NOC Indonesia) con respecto a futuros eventos relacionados con los Juegos Olímpicos, incluidos torneos de clasificación, conferencias y los Juegos Olímpicos de la Juventud.
Otro ramalazo de represalia fascista del COI ha sido la de congelar la candidatura de Indonesia para los Juegos Olímpicos de 2036 hasta que pueda garantizar que atletas de todas las naciones puedan competir.
La decisión del COI no es la única represalia que sufre Indonesia, ya que, también por cuestiones políticas similares, perdió su candidatura para la Copa Mundial Sub-20 de la FIFA 2023.
Indonesia tiene larga trayectoria en el apoyo a Palestina, por eso su gobierno no tiene ningún problema en admitir que su decisión de prohibir que el equipo de Israel participe en el campeonato en Yakarta fue una postura política contra las acciones de Israel en Gaza.
Resulta llamativo, aunque no sorprendente, cómo el COI actúa contra Indonesia por no admitir a los gimnastas israelíes. En cambio, cuando es Estados Unidos quien niega las visas a los y las deportistas cubanas (y eso ocurre muchas veces) no es que no toma represalias contra el gobierno imperialista. Es más, ante estos casos, guardas su habitual y estruendoso silencio.
Su doble rasero huele a fascismo.