A estas alturas del genocidio sionista contra el pueblo palestino, todo el mundo sabe lo deshumanizado que es el Estado de Israel. Si miramos a Gaza, no hace falta que no expliquen nada; las imágenes que observan nuestros ojos son más que elocuentes.
Si nos referimos a Cisjordania, podemos hablar de más de lo mismo. Lo que sucede es que lo de gaza es tan escandaloso que, a veces, se nos olvida la gravísima situación que también sufren en Cisjordania.
El Club de Prisioneros Palestinos informa que las fuerzas israelíes continúan realizando redadas nocturnas sistemáticas en la Cisjordania ocupada, caracterizadas por agresiones violentas, destrucción de viviendas y el uso de perros policía.
La organización describió estas acciones como parte de una política más amplia de represalias que incluía vandalismo, confiscación de propiedades y el uso de civiles como rehenes para aterrorizar a las familias. Una serie de redadas nocturnas incluyeron interrogatorios en el lugar y detenciones masivas, durante las cuales una anciana, Haniya Hanoun, falleció tras un brutal asalto a su casa y a la de su hijo, donde su nieto también fue detenido tras ser agredido violentamente.
Según el Club, el nivel de brutalidad durante estas operaciones de arresto ha escalado a niveles sin precedentes desde el inicio de lo que describe como un genocidio en curso, citando ejecuciones directas en el campo, tortura y palizas severas.
Según el informe, desde el comienzo de este período, unos 20.500 palestinos, muchos de ellos niños, mujeres y ancianos, han sido blanco de campañas de arresto e interrogatorios generalizados en la Cisjordania ocupada.
La organización responsabilizó plenamente a las autoridades israelíes por la muerte de Hanoun y por los continuos abusos contra los detenidos y sus familias, calificando estas acciones como una clara evidencia de la conducta criminal de Israel.
