El gendarme del mundo, hoy evidentemente en decadencia, no encuentra otra solución a su pérdida de influencia y poder que continuar amenazando con “graves repercusiones” contra todo país que le plante cara. En este caso concreto estaríamos refiriéndonos a Rusia.
Así, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, ha expresado hoy, martes, que en la Casa Blanca no se han sorprendido por la reacción del gobierno de Rusia ante la decisión de la Unión Europea (UE) y el Grupo de los Siete (G7) de fijar un tope al precio del petróleo ruso de 60 dólares por barril.
Karine Jean-Pierre ha subrayado que “el objetivo del tope de precios siempre ha sido garantizar que el petróleo ruso con descuento continúe fluyendo a los mercados globales”. Dicho esto, ha descargado de esta manera su amenaza: “Y entonces, creemos que el tope a este nivel mantiene claros incentivos para que Rusia continúe exportando. No hacerlo tendría graves repercusiones para Rusia”.
Según la citada portavoz del gobierno imperialista yanqui, éste espera que la iniciativa recorte los ingresos energéticos de Rusia y evite que el gobierno presidido por Putin financie su operación militar en Ucrania.