En diversos puntos de Quito manifestantes en lucha bloquearon avenidas, a pesar de que unos 7.000 policías y militares intentaron cerrar las vías de acceso para impedir la movilización popular, campesina e indígena convocada para el 12 de octubre. En el día 21 del paro nacional, los uniformados lanzaron gas lacrimógeno (en la imagen) y además detuvieron a numerosas personas por portar carteles, capuchas o algún distintivo en favor de la protesta.
Los militares y policías atacaron a transportes que supuestamente llegaban o salían de Quito. Muchos de ellos denunciaron racismo ya que los retenían por su vestimenta o apariencia física.
Las medidas económicas aplicadas por el ultraderechista Noboa y exigidas por el FMI han levantado una ola de protestas en todo el país,