Israel lleva varios días bombardeando Gaza. No es novedad, los asesinados por el sionismo se cuentan por miles y lo han hecho desde ejecutivos conservadores y laboristas para que quede claro que son lo mismo. Tampoco llama la atención el silencio absoluto de las terminales mediáticas del régimen y obliga, eso sí, a pensar cuál sería el tratamiento informativo si los que bombarderan fueran otros. Lo de pedir a los gobiernos progres de la UE que tomen algunas medidas, como llamada a consultas al embajador de Israel, nota de condena o romper directamente relaciones con un gobierno genocida, es directamente perder el tiempo. Sus silencios los convierten en cómplices.
«Vamos mal», dice Don Simón y corrobora que la segunda ola de la pandemia está aquí (¿o no se fue nunca?). Esta vez no habrá confinamiento general porque sino la economía se hunde, nos dicen, y el país se parecería más a Marruecos que así mismo en pocos meses. El préstamo de la UE llegará despacio y -oh sorpresa- habrá que pagarlo sí o sí con recortes. Las mega empresas no parecen dispuestas a aportar, y las expropiaciones y nacionalizaciones no están en el ideario del gobierno PSOE/UP.
El cierre de prostíbulos por temor a contagios con el SARS Covid-19, vuelve a poner en la prensa la realidad de decenas de miles de mujeres esclavizadas por las mafias, con el consentimiento de gobiernos regionales y nacionales. España es uno de los países de la UE con mayor cantidad de prostitutas, pero la prensa del régimen publica sin rubor reportajes sobre jineteras en Cuba. Se trata de ver lo de aquí como folklorismo morboso, y lo de Cuba como una tragedia que demuestra el fracaso del socialismo, sin pararse en bloqueos y otras minucias.
No se suele recordar que en Alemania gobierna el CDU y el SPD en santa compaña. El régimen dio otra vuelta de tuerca y dijo teatros para qué y colocó ministros de «centro-derecha» y ministros de «centro-izquierda» en el mismo ejecutivo. Cuando llega la campaña electoral lo que se debate y discute en los medios es qué ministerios han funcionado mejor y los súbditos a votar. En este contexto, el vicecanciller y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, a la sazón socialdemócrata, será el candidato a canciller. Se lo habrá pensado si lo será por la CDU o el SPD. Una prueba, otra más, del estado putrefacto de las llamadas «democracias occidentales».