Al presidente de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià, no le falta razón cuando critica al PSOE y a Podemos acerca de su actuación ante la fuga del rey emérito, el tal Juan Carlos de Borbón. Lo que sucede es que toda esa crítica que vierte sobre los mencionados partidos se podría verter también sobre ERC, en el caso de su nefasta actuación en relación al frustrado intento de proclamar la República catalana.
En su intervención en el pleno extraordinario monográfico sobre la monarquía, Sabría ha expresado: «Al progresismo político español ya no se le espera. Si ya no ha reaccionado ahora, no lo hará nunca». Sin embargo, todo el mundo sabe que, hasta ahora al menos, ERC no ha hecho otra cosa que esperar en vano (no se sabe qué) al PSOE y a Podemos. Extrapoladas sus palabras al caso de Catalunya, podríamos recordar que gran parte del movimiento independentista también ha esperado por ERC; ¿debemos entender que si este partido no ha reaccionado hasta ahora ya no lo hará nunca?
Sabriá ha dicho refiriéndose al PSOE que solo reivindican la república cuando se dirigen a sus juventudes o no tienen responsabilidades políticas. «Muy fácil de boquilla y muy falso a la hora de la verdad. La tricolor en el cajón y la corona en la cabeza». No le falta razón pero, ¿acaso no es lo mismo que hace ERC con el tema de la independencia?
Y refiriéndose a Podemos también se ha mostrado decepcionado, ya que considera que «tampoco han hecho nada» ante esta situación, a la vez que ha lamentado que mucha gente tenía esperanzas con ellos.
Sin duda, el señor Sabría podría estar refiriéndose a ERC, ya que éste partido, tan republicano que se autoproclama, no ha hecho en los últimos tiempos otra cosa que apuntalar a los partidos que tanto critica y que, a su vez, sostienen abiertamente (sobre todo el PSOE) a la monarquía.
Por otra parte, cabe subrayar que ERC es muy independentista “de boquilla”, pero a la hora de la verdad, llegado el caso, la esperanza de muchísima gente se la pasa por donde le da la gana y, olvidándose de la República catalana, apuesta, se conforma y sueña con arrebatarle a JxCat la gestión de la sucursal del Estado en Catalunya. Es decir, apuesta por el autonomismo, que es justo lo contrario a la independencia.