Introducción
El triunfo de Gustavo Petro en la segunda vuelta de las presidenciales colombianas ha sido histórico, como dicen, ya que hasta ahora siempre ganaba (o se apropiaba del triunfo) la derecha más extrema y lacaya del imperialismo yanqui. Pero, dicho esto, lo que está por ver es si tanta euforia desatada por el mencionado triunfo es realmente fundada. ¿Acaso todos los triunfos atribuidos a la izquierda en América Latina (y en el resto del mundo) cubrieron las expectativas? Lamentablemente existen no pocos ejemplo que certifican justo lo contrario.
No creemos que la oligarquía colombiana esté muy nerviosa por el triunfo del Pacto Histórico con Petro a la cabeza. ¿Que se sentirían más cómodos con el otro candidato en Nariño? Seguro que sí. Pero, con Petro presidiendo el gobierno colombiano, sus ingentes y obscenas ganancias no parece que vayan a verse mermadas.
Petro ya ha expresado tras su victoria: “Queremos que en medio de su diversidad, el país sea uno y no dos”. Que viene a ser lo mismo que el mensaje típico de los socialdemócratas de querer gobernar en beneficio de todos, lo que es absolutamente imposible: si se beneficia a la oligarquía no se puede beneficiar a la clase trabajadora, ya que los beneficios de aquella depende de la explotación de esta.
Son muchos los ejemplos que denotan cómo gobernará Gustavo Petro. Jactándose de ser amigo de Felipe GonzáleX y expresando su admiración por la antiobrera Reforma Laboral española, que en la práctica es la misma que la del PP, no se puede esperar ninguna revolución con él.
Que el gobierno de Petro será mejor que los precedentes no cabe ninguna duda; eso no es tan difícil. Pero no son gobiernos socialdemócratas (capitalistas) lo que necesita América Latina y el resto del mundo, sino revoluciones socialistas que cambien de verdad los sistemas socio-políticos y, con ellos, la vida de los parias del mundo.
La noticia
Los resultados preliminaresapuntan a que con el 99,74% de las mesas informadas Gustavo Petro obtiene 11.270.944 votos (50,49 por ciento), mientras que Rodolfo Hernández llega a 10.549.290 sufragios (47,26%).
Al mismo tiempo, el voto en blanco llega a 501.559 sufragios (2,24 por ciento) y la opción nula a 271.511 votos (1,20 por ciento).
Tras conocer su triunfo, Gustavo Petro ha expresado: “Este es un día histórico, estamos escribiendo una nueva época para Colombia y América Latina (…) Los más de 11 millones de electores apostaron por un cambio de verdad, no vamos a traicionar a ese electorado, a partir de hoy Colombia, cambia, es otra, un cambio real que nos conduce algunos de los planteamientos que habíamos hechos en estas plazas públicas, la política del amor”.
La participación ha sido la más alta desde 1998, aún así, la abstención fue del 41,91%. Según los datos del boletín 63 de la Registraduría Nacional de Estado Civil, en el que se informaron los datos del 100 % de las mesas escrutadas, se reportó la participación de 22.658.694 colombianos aptos para sufragar, lo que equivale al 58,09 % del censo electoral, que es de 39.002.239 ciudadanos habilitados.