Mucho se ha hablado de que lo que busca el Gobierno imperialista yanqui en Venezuela es su petróleo. Y no cabe duda de que lo codicia, de que llegado el caso se quedaría con las tamañas reservas del oro negro que existen en la patria de Chávez y Bolívar. Sin embargo, también existe la creencia y opinión de que el objetivo principal de un posible ataque a Venezuela es acabar con la Revolución Cubana y retomar el control de la Isla, el mismo que el imperio perdió el primero de enero de 1959.
El The New York Times ha publicado esto:
“El Secretario de Estado de EE.UU. Marco Rubio, considera a Venezuela como la clave para derrocar al gobierno de Cuba. Durante mucho tiempo, convencido de que La Habana apoya a Maduro proporcionando información de inteligencia y garantizando la seguridad, Rubio cree que el derrocamiento de Maduro cortaría el camino de supervivencia de Cuba y desestabilizaría el régimen”.
Que Cuba siempre ha sido un objetivo a recuperar para Estados Unidos lo sabe todo el mundo, y todo parece indicar que Venezuela también; lo más probable es que pretenda hacerse con los países a la vez. El inquilino de la Casa Blanca y su equipo más cercano subestiman a Cuba y Venezuela. El imperio decadente, precisamente, que desde 1950 se ha involucrado en no pocas guerras y, sin embargo, lo reconoció el propio Trump, no ganó ninguna de ellas.
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