Con 42 millones de beneficiarios de asistencia alimentaria federal a punto de perder sus beneficios el sábado y trabajadores suspendidos sin recibir otro sueldo, el tema de la seguridad alimentaria dominó el debate sobre el cierre del gobierno esta semana. La Asociación de la Industria Alimentaria, el grupo comercial de las principales cadenas de supermercados, incluidas Walmart y Albertsons, advirtió que la interrupción de los beneficios del SNAP crearía una inestabilidad financiera generalizada a nivel local, lo que se traducirá en miles de personas buscando comida.
El Departamento de Policía de Barstow informó en redes sociales que está aumentando los patrullajes alrededor de supermercados, tiendas de conveniencia y centros comerciales locales para evitar que decenas de miles de personas sin recursos acudan a estos locales a buscar comida. El programa SNAP ayuda a aproximadamente uno de cada ocho estadounidenses a comprar alimentos mediante tarjetas de débito que el gobierno federal suele recargar mensualmente para evitar que el hambre se extienda.
Solo en California más de 5,5 millones de californianos, incluidos 2 millones de niños, dependen del programa SNAP. Desde entonces, se ha activado la Guardia Nacional, pero las autoridades advierten que no es suficiente.
