El Gobierno de Javier Milei dió un giro en junio pasado a la regulación de armas al habilitar la compra y tenencia de armas semiautomáticas para civiles, bajo un régimen de «control especial».
La decisión fue publicada en el Boletín Oficial mediante el Decreto 397/2025, que modifica la normativa vigente desde 1995 y que prohibía la adquisición de estos armamentos.
La nueva regulación permite que estas armas puedan ser utilizadas en actividades deportivas, siempre que los legítimos usuarios acrediten usos deportivos u otras condiciones establecidas por la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC).
El decreto fue firmado por Milei, el jefe de Gabinete Guillermo Francos y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, y representa un cambio sustancial respecto del marco legal anterior, legado de las políticas del entonces presidente Carlos Menem.
En ese entonces, había una prohibición expresa para la adquisición y tenencia de armas semiautomáticas por parte de civiles, reservadas anteriormente para las instituciones armadas. Ahora, la ANMAC, bajo la órbita del Ministerio de Seguridad, tendrá autoridad para autorizar la tenencia y adquisición a «legítimos usuarios de armas de Uso Civil Condicional», con una regulación que busca equilibrar la posibilidad de acceso con los recaudos necesarios para la seguridad pública.
«Establécese un régimen de autorización especial para los actos de adquisición y tenencia de armas semiautomáticas alimentadas con cargadores de quita y pon símil fusiles, carabinas o sub ametralladoras de asalto derivadas de armas de uso militar de calibre superior al .22 LR», indica el texto del decreto.
Una revisión de 30 años con miras a una nueva política armamentística
El decreto también señala que, tras tres décadas, es necesario reevaluar los mecanismos de control para estas armas, buscando un equilibrio entre el derecho a la adquisición y los recaudos para garantizar la seguridad pública.
La normativa establece que los usuarios que quieran acceder a estos armamentos deberán demostrar probados usos deportivos y cumplir con las condiciones objetivas que establezca la autoridad reguladora.
Por otro lado, se precisó qué significa una pistola semiautomática: “es aquella que utiliza la energía del cartucho disparado para extraer el casquillo de la recámara y alimentarla de nuevo con otro cartucho, produciendo un solo disparo por cada presión del gatillo. La acción de disparar expulsa la vaina vaciada, y el arma se recarga automáticamente con un nuevo cartucho desde el cargador”.
En contraste, las armas automáticas permiten efectuar múltiples disparos con sólo mantener presionado el gatillo, por lo que están sometidas a regulaciones más estrictas debido a su peligrosidad.
Flexibilización en trámites y edad mínima para armas
La modificación en la regulación armamentística forma parte de una serie de medidas de flexibilización impulsadas por el Ejecutivo.
En mayo, se unificaron los procedimientos mediante la llamada «tenencia exprés», que ahora se realiza en forma digital a través de la plataforma de la ANMAC, para facilitar la obtención de permisos tanto para civiles como para miembros de las fuerzas de seguridad y policías que compren armas en armerías comerciales.
Además, en 2024 se redujo la edad mínima para tramitar la Credencial de Legítimo Usuario de armas de 21 a 18 años, un paso previo para posteriormente gestionar la tenencia y la compra en comercios habilitados. La ministra Patricia Bullrich expresaba en ese entonces, en relación a la normativa: “A los 16 años tienen derecho a votar. A los 18 pueden ir a la guerra, formar una familia o ser miembros de una fuerza de seguridad. Y, aunque parezca increíble, a cualquier edad pueden elegir un cambio de sexo que los marcará de por vida. Entonces, ¿por qué a los 18 años no podrían ser legítimos usuarios o portadores de un arma?”.
Contexto y repercusiones en el debate público
Esta nueva normativa ha generado un amplio debate en la sociedad argentina, donde sectores de la política y organizaciones civiles han manifestado su preocupación por las implicancias que podría tener la mayor accesibilidad a armas semiautomáticas para civiles.
Mientras tanto, el Gobierno sostiene que la medida busca promover una regulación que respete derechos deportivos y de legítima defensa, siempre bajo controles específicos y autorizaciones especiales.
Un cambio que genera tensión en el escenario político y social
El decreto de Milei se inscribe en un contexto de mayor flexibilización en la legislación de control de armas que ya se viene gestando en los últimos meses. La implementación de trámites digitalizados y la reducción de la edad mínima representan pasos en esa dirección, pero también avivan el debate sobre la seguridad pública y los derechos individuales en una nación que ha enfrentado históricamente desafíos en materia de violencia y narcotráfico.
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