La acusada se ha declarado inocente y ha asegurado que no pensó que pudiera ofender a los católicos. Durante el juicio, celebrado en el Juzgado de lo Penal número 10 de Málaga y que ha quedado visto para sentencia, la acusada ha insistido en que ella solo pretendía defender los derechos de las mujeres.
La Fiscalía malagueña ha pedido quela procesada sea condenada a pagar una multa de 3.000 euros por un delito contra los sentimientos religiosos.
La acusación particular, ejercida por la Asociación de Abogados Cristianos, pide un año de prisión y multa de veinticuatro meses por provocación a la discriminación, al odio y a la violencia y por un delito contra la libertad de conciencia y los sentimientos religiosos.