No va más. Las potencias occidentales encabezadas por EE.UU descubren, una vez más, que no pueden ni avanzar en territorio ruso ni quedarse el Donbas pese a que sus habitantes manifestarán en referéndum sus deseos de independencia. El cerco otanico al contorno limítrofe con Rusia no podrá ir más allá. Toca cambio de negocio tras la inversión gigantesca en Ucrania para que la industria armamentística acudiera al rescate.. Los habitantes de Ucrania deberán pagar con materias primas, tierras raras y reconstrucción lo invertido por EE.UU en armamento y mantenimiento de un gobierno de extrema derecha. La U.E y el Reino Unido miran todo por televisión. A los de Úrsula von der Leyen les toca ver el panorama como meros espectadores pese a la riada de millones de euros invertidos y que se antojan de difícil recuperación. Las caras de los Macron, Starmer, Meloni, Merz o Sánchez lo dicen todo.
Trump ordenó a Zelensky que firme la capitulación. Las empresas de reconstrucción ya viajan camino de Kiev. La Falsimedia europea se queda sola con el disco rayado de la maldad de Putin y sus kits de supervivencia. Algo habrá que decirle a la población que pide explicaciones sobre los 150.000 millones de euros que se están gastando en «Defensa».
