La gestión alemana del activismo pro-Palestina ha alcanzado un punto crítico, tanto legal como humanitario, cristalizado en el caso de los «5 de Ulm». Los cinco activistas —ciudadanos de Irlanda, Reino Unido, Alemania y Argentina-España— permanecen en prisión preventiva de alta seguridad tras su acción directa del 8 de septiembre en la fábrica de Elbit Systems en Ulm, suroeste de Alemania. Si bien los activistas se grabaron con el rostro descubierto y se entregaron a la policía sin oponer resistencia, con la intención de exponer la complicidad de Alemania en el genocidio de Gaza, según sus abogados, la respuesta del Estado se aparta radicalmente del Estado de derecho.
La situación actual de los 5 de Ulm es profundamente preocupante, ya que se encuentran sometidos a condiciones generalmente reservadas para delincuentes violentos. Según informes recientes, los activistas han sido separados y dispersos en cinco prisiones diferentes de varias ciudades para impedir la solidaridad organizada. Varios se encuentran recluidos en un aislamiento casi total, sometidos a confinamientos diarios de 23 horas, sin acceso a libros ni actividades comunitarias. Quizás lo más alarmante sean los informes de abuso físico y psicológico documentados durante su detención inicial, que incluyen ser obligados a desnudarse y retenidos durante horas solo en ropa interior, la negación del tratamiento médico prescrito durante 20 horas y ser interrogados sin asistencia legal. La comunicación continúa bajo estricta vigilancia, con cartas retenidas durante más de un mes y las visitas familiares restringidas a tan solo una hora al mes.
El estado alemán intenta actualmente intensificar los cargos contra estos cinco individuos en virtud del artículo 129 del Código Penal alemán , relativo a la formación de una «organización criminal». Este cargo, que conlleva hasta cinco años de prisión, se utiliza a pesar de la clara motivación no violenta de los activistas para prevenir crímenes de guerra.
Los abogados defensores han señalado lo absurdo de justificar su detención alegando el «riesgo de fuga», dado que los activistas grabaron deliberadamente sus acciones y esperaron a ser arrestados para asegurar su comparecencia ante el tribunal. Esto ha dado lugar a una importante contraofensiva legal: el 26 de noviembre, la defensa exigió formalmente no solo la liberación inmediata de los 5 de Ulm, sino también una investigación penal contra Elbit Systems Deutschland por su posible responsabilidad compartida en crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
Elbit Systems es el gigante industrial responsable del 80% de los drones utilizados por el ejército israelí, así como de la mayor parte de su artillería y armamento de guerra electrónica. Los «Ulm 5» pueden considerarse parte de la rama alemana de «Acción Palestina», y su situación está ahora inextricablemente ligada a la de los ocho huelguistas de hambre en el Reino Unido, quienes han hecho del cese total de las operaciones británicas de Elbit una exigencia innegociable e insisten en que continuarán la huelga a pesar de los riesgos.
Más allá de los 5 de Ulm, el movimiento en Alemania atraviesa un momento paradójico de intensa represión y, a la vez, importantes victorias judiciales. Mientras cientos de activistas de las marchas de septiembre «Todos los ojos puestos en Gaza» se enfrentan a continuos cargos de acoso policial e incitación, los tribunales alemanes han comenzado recientemente a contrarrestar las extralimitaciones del ejecutivo. A finales de noviembre de 2025, sentencias históricas en Berlín y Münster declararon ilegales y desproporcionadas las prohibiciones previas del Congreso Palestino y de diversas consignas de protesta.
Estas sentencias sugieren una creciente brecha entre la doctrina política de la Staatsräson y las protecciones constitucionales de la libertad de expresión. Sin embargo, para los 5 de Ulm, la situación sigue siendo una crisis a fuego lento; siguen siendo el blanco principal de un esfuerzo institucional por criminalizar la solidaridad, lo que sirve como recordatorio de hasta dónde está dispuesto a llegar el Estado alemán para proteger sus vínculos militares y diplomáticos, incluso en un momento en que sus propios tribunales empiezan a cuestionar la legalidad de tal represión.
al-akhbar
