Las autoridades de Gaza han emitido duras advertencias sobre una inminente catástrofe humanitaria y médica, acusando a Israel de obstruir deliberadamente el suministro de medicamentos vitales, equipo médico y combustible, y de utilizar la atención médica como arma contra la población civil. Ismail al-Thawabta, director de la Oficina de Medios del Gobierno de Gaza, declaró el jueves que el sector sanitario del territorio sigue al borde del colapso a pesar del alto el fuego iniciado el 11 de octubre.
Thawabta afirmó que la grave escasez de medicamentos, anestésicos y suministros esenciales ha obligado a varios hospitales a suspender parcial o totalmente las operaciones quirúrgicas, lo que pone a los pacientes en grave riesgo de muerte o discapacidad permanente. Advirtió que cerca de 500.000 procedimientos quirúrgicos están actualmente suspendidos, ya que los hospitales operan muy por encima de su capacidad debido a la escasez de combustible, la escasez de personal y una funcionalidad drásticamente reducida.
Destacó que la ayuda médica que entra en Gaza cubre menos del 10 % de las necesidades reales y se consume de inmediato, sin ofrecer un alivio duradero. Israel, afirmó, sigue bloqueando equipos médicos críticos bajo falsos pretextos de «seguridad», una política que describió como el uso sistemático de medicamentos y tratamientos como arma. Thawabta pidió una intervención internacional urgente y la apertura incondicional de todos los cruces fronterizos para evitar el colapso total del sistema de salud de Gaza.
