La nueva Estrategia de Seguridad Nacional, hecha pública el pasado viernes 5 de diciembre de 2025, se marca como objetivo “restaurar la preeminencia estadounidense” en el continente americano.
El imperialismo estadounidense, camuflado de política exterior, centra sus objetivos en utilizar el resto de América como su patio trasero con mayor tiranía y en evitar que países como China puedan hacer de contrapunto en dicho continente. Todo esto, bajo el paraguas de la seguridad nacional que sirve para justificar la tenencia de armas, el bombardeo de lanchas en el Caribe o el golpe de Estado en un país que sea contrario a sus intereses como aspectos normales.
A lo largo de todo el documento se habla de buscar y reforzar alianzas con países afines que colaboren en las prioridades del país norteamericano, tanto en lo referente a seguridad (inmigración y cárteles principalmente) como en lo que concierne a expulsar a terceros países que establezcan acuerdos comerciales con costes más bajos, como China.
En el primero de los casos, la política de matón es manifiesta, busca países con títeres que manejar en el poder que no les importe las condiciones en las que viva su gente si EE.UU. saca provecho de su situación; y en caso de no haber tal gusano que se deje manipular, menciona: “establecer o expandir el acceso en puntos estratégicamente importantes” o “despliegues selectivos”, incluido “donde sea necesario, el uso de fuerza letal”, es decir, cualquier acción necesaria será tomada si es favorable para los intereses yankees, incluso un golpe de Estado o la muerte del jefe de gobierno.
En el segundo caso aparece la versión mas chantajista y mafiosa posible de la administración Trump, amenazando con utilizar su “capacidad de presión financiera y tecnológica para inducir a los países a rechazar esa asistencia extranjera de bajo coste”, lo que significa someter al país que prefiera establecer negocios con China a un bloqueo tecnológico y financiero el cual conlleve a un deterioro de la economía local y la propia presión haga romper dichos acuerdos comerciales con terceros países.
Lo que fuera la doctrina Monroe esta teniendo una versión 2.0 actualizada, el “make America great again” quiere pasar a ser más que un slogan. Y para lograrlo, debe hacer que todo el continente baile al compás que marca y no permitir que ningún otro país de fuera del mismo cambie la música o le pise los pies.
