No es sorpresa que el actual ejecutivo español está -como toda la U.E- plegado a las directrices, exigencias y acciones de EE.UU. Para eso es el Imperio y contra él no hay más que sumisión. es decir, ellos pueden poner aranceles mientras Europa no, o hipotecar los presupuestos (destrozando lo público) para comprarles obligatoriamente armas y sanear las acciones de las empresas de la industria armamentística.
En estas horas, un país latinoamericano vive momentos de incertidumbre ante las más que amenazas de ser golpeado por el país capitalista más poderoso del mundo, y el silencio desde el Palacio de la Moncloa (y ni decir desde la Zarzuela, donde el campechano los tiene de los nervios) es un silencio más que delator. Un silencio que lo hace cómplice como lo hizo en Gaza y en el Sahara Occidental.
La alineación del ejecutivo PSOE/Sumar contra cualquier gobierno de izquierdas que se enfrente al imperialismo es evidente. Pero no tienen remilgos en las campañas electorales (en este momento en Extremadura) para pedir el «voto progresista» para parar, dicen, a la derecha. Es una mezcla de hipocresía, desmemoria y menosmalismo que les solía funcionar. Mientras, siguen mirando para otro lado cuando el ejército yanqui ataca en Corea, el Caribe u Oriente Medio. No va con ellos, y Maduro (por rojo) siempre les cayó mal.
