CGT
Desde la Confederación General del Trabajo (CGT) consideramos que es más necesario que nunca continuar con todas movilizaciones contra el genocidio del pueblo palestino. Y varias son las razones por las que creemos que debemos seguir adelante como organización internacionalista y de clase.
En primer lugar, porque llevamos décadas viendo cómo el Estado de Israel viola sistemáticamente resoluciones – una tras otra- de organismos internacionales que en teoría velan por la paz en el planeta. Desde 1948 el pueblo palestino vive bajo el hostigamiento, la persecución, la ocupación de sus tierras, el expolio de sus recursos naturales, el encarcelamiento y el asesinato de sus gentes por parte de Israel y con la connivencia de poderosos países que respaldan sus decisiones y contribuyen con armamento y medios bélicos de toda clase.
En segundo lugar, porque después de que se haya puesto sobre la mesa un “acuerdo de paz” entre Israel y Palestina, la realidad nos viene a decir lo contrario. Durante estas “negociaciones” el Estado sionista ha continuado bombardeando zonas de la franja de Gaza, continúa sin abrir un corredor humanitario que permita paliar la situación extrema de miles de personas enfermas y hambrientas. Los últimos ataques se han estado produciendo hasta hace pocas horas, como reportan medios de comunicación desde sus posiciones.
En tercer lugar, se desconoce si el acuerdo es un “alto el fuego” o un “acuerdo de paz”, que dure y que permita comenzar con la reconstrucción de los territorios arrasados de Palestina. El Estado de Israel, en dos años de terror, ha arrasado completamente la franja. No ha dejado lugar ni edificio sin bombardear: hospitales, escuelas y casas. Absolutamente todo lo que pudiera ser un refugio para las personas ha sido destruido. Incluso, recordemos, hasta campos de refugiados y puntos donde los palestinos y las palestinas acudían a recibir un poco de agua y comida.
En cuarto lugar, creemos que la Comunidad Internacional no debe relajarse ante este acuerdo alcanzado entre el gobierno del Estado de Israel y Hamás. Se trata de un “acuerdo por fases” y en cualquier momento las tensiones pueden provocar más ataques.
Por último, creemos firmemente en el derecho a la autodeterminación y a la libertad de todos los pueblos, y el palestino lleva demasiados años pagando un precio muy alto por hacer valer este derecho. No basta con este acuerdo de paz, sino que los mediadores y la Comunidad Internacional en su conjunto deben velar para que Palestina recupere lo antes posible una normalidad que se le ha sido negada desde que finalizó la II Guerra Mundial.
Las movilizaciones y las acciones nacidas al calor de la sociedad civil, desde la gente y para la gente con independencia de donde se estén produciendo agresiones a los derechos humanos, han demostrado una vez más que la protesta sirve para presionar a gobiernos y Estados.
Desde CGT consideramos que cualquier movilización o acción es necesaria para seguir luchando por la libertad del pueblo palestino, para que finalmente logren una paz real y duradera.
El 15 de octubre, todas a la Huelga. ¡Desde el río hasta el mar, Palestina vencerá!
SAT
Cada día, desde hace dos años, asistimos a escenas horribles de bombardeos indiscriminados contra la población civil de Gaza. Cerca de 70.000 personas, un tercio menores de edad, han sido asesinadas. El número de las personas heridas y mutiladas es mucho mayor. Y aún se desconoce la cifra de personas sepultadas bajo los escombros en la Franja de Gaza, donde el 90% de las edificaciones han sido destruidas.
Desde el principio, hemos condenado la brutal agresión de Israel contra el pueblo palestino. Hoy, nadie duda que se trata de un genocidio, salvo el propio estado de Israel o los gobiernos e intereses económicos que lo sostienen.
El delito de genocidio no es opinable, está tasado por el Derecho Internacional y el reciente informe de la Comisión Independiente de la ONU es clarificador: Israel cumple cuatro de los cinco criterios por los cuáles se comete este crimen contra la humanidad. Sólo con uno ya sería genocidio.
Y ante esta situación, los gobiernos hacen declaraciones vacías y política de titulares sin efectividad alguna. Por eso la sociedad civil ha salido a la calle de forma masiva para exigir el embargo de armas a Israel y la ruptura de relaciones.
La clase trabajadora andaluza, que ha mostrado innumerables veces la solidaridad con el pueblo palestino, tenemos una cita con los derechos humanos, con la dignidad. El 15 de octubre pararemos Andalucía para levantar la voz del mundo.
¿Qué reclamamos?
– El cese inmediato de toda agresión militar, el fin del genocidio, la salida del ejército de Israel de los territorios ocupados.
– El fin del bloqueo a Gaza y la apertura de un corredor humanitario para que pueda llegar la ayuda humanitaria.
– Que los gobiernos del Estado español y de la Unión Europea rompan relaciones diplomáticas, comerciales, culturales y militares con Israel, un estado genocida que perpetúa la ocupación y el apartheid.
– Que las administraciones locales, provinciales, autonómicas y estatal, así como las Universidades e instituciones académicas, anulen cualquier relación de colaboración o cooperación, incluyendo la política de contratación cero, con instituciones o empresas, que apoyen el genocidio israelí hacia el pueblo palestino.
Queremos que se aplique plenamente el derecho internacional, lo que significa el fin de la ocupación y del apartheid, el derecho al retorno de los millones de palestinos y palestinas refugiados y desplazados, el castigo a los crímenes de guerra y de lesa humanidad, y que el pueblo palestino pueda decidir su futuro en paz y libertad.
Nos encontramos ante un momento que exige nuestra unidad, nuestra conciencia activa y nuestra fuerza colectiva. El 15 de octubre debe ser un día de decisión: un día en que todo el pueblo trabajador de Andalucía diga alto y claro que no aceptamos la injusticia ni la opresión en ninguna parte del mundo; que defendemos la dignidad de los pueblos y su derecho a existir; que mostramos nuestra solidaridad internacionalista frente al genocidio y la colonización sin fin del pueblo palestino.

No podemos permanecer impasibles ante la masacre cotidiana, ante la violación de derechos humanos. Si defendemos los derechos laborales y sociales aquí, no podemos ser indiferentes ante el exterminio televisado del pueblo palestino.
¿Cómo organizarnos?
El Sindicato Andaluz de Trabajadores y trabajadoras llama a un paro general activo de 24 horas, con paro laboral y de consumo. Invitamos a toda la clase trabajadora —asalariados, trabajadoras y trabajadores autónomos, obreras del campo, del mar, de la industria, del comercio, de los servicios públicos y privados— a hacer suya esta jornada. No distingamos categorías: la lucha nos hermana. No permitamos que el miedo, la rutina o la comodidad diluyan nuestra fuerza colectiva.
Llamamos a la coordinación entre sindicatos de clase, comités de empresa, secciones sindicales, asambleas de barrio, movimientos populares y colectivos sociales, para organizar de forma unitaria la difusión del paro e impulsar concentraciones delante de los centros de trabajo y manifestaciones en cada ciudad y pueblo de Andalucía.
El 15 de octubre construiremos solidaridad, donde haya silencio impuesto, haremos resonar nuestra voz, porque el futuro de la humanidad también pasa por nuestras manos. Andalucía con Palestina.
INTERSINDICAL
Reunido el Secretariado confederal de la Confederación Intersindical (CI) con carácter extraordinario, se ha resuelto proceder a la convocatoria de una huelga general de 24 horas para el próximo día 15 de octubre. De este modo respondemos de manera positiva a una demanda que desde hace ya más de un año viene realizando el movimiento social solidario con la lucha del pueblo palestino que pide exigir al gobierno integrista- autoritario de Benjamin Netanyahu poner fin a la politica genocida que se viene desarrollando en Gaza desde que comenzó la actual ofensiva militar hace ya dos años.
Esta exigencia forma parte de las diferentes demandas planteadas por el movimiento social referidas a la imposición de un alto el fuego inmediato, el final de la venta de armas a Israel, ruptura de relaciones económicas, comerciales o de cualquier otra índole con el estado sionista, fin de la ocupación ilegal de los territorios de Gaza y Cisjordania, respeto a los derechos humanos de la población civil palestina y demás.
En las últimas semanas se ha producido un incremento sustancial de las movilizaciones de solidaridad y denuncia de la situación en Gaza. Ese movimiento se ha extendido como mancha de aceite, abarcando todos los territorios y sectores profesionales, ha llegado al mundo rural, ha crecido geográficamente alcanzando a numerosos pueblos y ciudades y ha conocido un significativo rejuvenecimiento de la protesta.
Un numeroso contingente de afiliados y afiliadas de la CI hemos venido desarrollando tareas importantes dentro del movimiento social solidario haciendo válido nuestro compromiso de no abandonar al pueblo palestino en estos momentos difíciles. Llevamos dos años presionando al gobierno de coalición pidiendo pasos efectivos y concretos que pongan fin a las políticas arbitrarias de Israel, quien desconoce los derechos de la población civil reconocidos en el derecho internacional. Este conjunto de políticas autoritarias, violentas, discriminatorias ha motivado la petición de que sea la Corte Penal Internacional quien siente en el banquillo y juzgue a los principales responsables del gobierno genocida de B. Netanyahu.
Todos estos motivos nos llevan a dar un paso más hacia adelante con la convocatoria de una movilización de 24 horas para que las clases trabajadoras y sociedad civil en general puedan expresar su rechazo a la impunidad genocida de Israel. Con esta decisión contribuimos a reforzar el frente social que se moviliza por el respeto absoluto a los Derechos Humanos y el fin de la actual ofensiva militar. Nuestras conciencias nos piden dar un paso al frente y hoy lo hacemos. Desde la CI hacemos un llamamiento para confluir en la organización de la movilización al resto de organizaciones sindicales que en estos días vienen dando pasos similares al nuestro. Un amplio frente por el respeto a los derechos humanos de cada pueblo, un rechazo a la violencia y la guerra, una defensa obstinada de los derechos humanos, son asuntos en los que nuestras preocupaciones son coincidentes.