Los capos de las mal llamadas «democracias occidentales» son especialistas en las «revoluciones de olores», esto es, colocar gobiernos afines a la propia U.E, la OTAN y EE.UU, y si esto surge en países del contorno o cercanía de Rusia, mejor que mejor, Con el anzuelo de extender la venta de la calidad de vida de la U.E, instan a los pueblos a que muerdan la mentira. Y este ejercicio consta de dos fases: elecciones donde se despliegan decenas de millones de euros en favor de los títeres que colocan para servir su intereses «europeos», pero si se fracasa se acude a una segunda instancia: promocionar unas «revueltas» ciudadanas como paso previo a un golpe de estado. Eso ocurrió en el año 2014 en Ucrania, la respuesta que se dio desde el Donbass y la invasión posterior de los Zelenskistas otanicos provocando miles de muertos, los mismos que desde las «democracias occidentales» y sus lustrosos jerarcas ocultan, continúa siendo una desconocida para la mayoría de los súbditos de lo países de la OTAN..
Georgia
En las últimas horas, tras conocer los resultados de las elecciones municipales donde el partido contrario a la sumisión a la U.E, consiguió la victoria, se puso en marcha esa segunda fase, apoyada -esto es imprescindible para que cuaje- por la Falsimedia occidental, que alaba sin un mañana las prefabricadas «revueltas», y elogia a la turba que acude -cual seguidores de Trump en el capitolio- a incendiar edificios oficiales. Eso sí, con banderas del chiringuito de Úrsula para que no quepan dudas.